Catherine Fulop nació en Caracas, Venezuela, el 11 de marzo de 1965. Es la quinta hija de una familia numerosa, de madre venezolana y padre húngaro, quien emigró a Venezuela entre la década del 40 y 50. Tiene seis hermanas y un hermano.
Catherine Fulop enseñó, desde joven, interés por el mundo de la belleza y el espectáculo. En 1986, participó en el famoso concurso de belleza venezolano Miss Venezuela, donde representó al estado Vargas y obtuvo el puesto de tercera finalista. Al año siguiente, fue finalista en Miss América Latina.
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Su debut como actriz fue en 1987, con un pequeño papel en la telenovela Roberta. Ese mismo año, protagonizó la telenovela Mi amada Beatriz, junto a Miguel Alcántara. Su salto al estrellato internacional fue en 1988, con la telenovela Abigail.
En esa novela interpretó a la caprichosa y rebelde Abigail Guzmán, que se enamora de su profesor de literatura. Esta telenovela fue un éxito en varios países de Latinoamérica y Europa, y le valió a Catherine una nominación como "Mejor Actriz" en los TP de Oro.
Catherine siguió protagonizando otras exitosas telenovelas en Venezuela, como “Mundo de fieras”, “Pasionaria” y “Cara bonita”, todas junto a Fernando Carrillo, con quien estuvo casada entre 1990 y 1994. En 1993, ya en Argentina, grabó la telenovela “Déjate querer”, junto a Carlos Mata.
En 1998, se casó con empresario argentino Osvaldo Sabatini, hermano de la famosa tenista Gabriela Sabatini, con quien tiene dos hijas, Oriana y Tiziana. Desde entonces, reside en Buenos Aires, donde ha desarrollado una variada carrera artística, que incluye telenovelas, comedias, programas de televisión, obras de teatro, publicidades y radio.
Talento
Además de su talento y carisma, Catherine Fulop se destaca por su belleza y su cuidado físico. A sus 58 años, luce una figura espléndida, que mantiene con una rutina de ejercicios y una alimentación saludable. La modelo comparte en sus redes sociales sus secretos para estar en forma, y también sus videos haciendo entrenamiento físico y estiramiento de los músculos.
La venezolana es una apasionada del yoga, el pilates, el spinning y el baile, y asegura que estas actividades le ayudan a relajarse y a sentirse bien consigo misma. Sin lugar a dudas es una persona multifacética, que ha sabido reinventarse y adaptarse a los cambios.