La miel de caña es un endulzante natural que se obtiene del jugo de la caña de azúcar. A diferencia de la miel de abeja, la miel de caña no proviene de la actividad de los insectos, sino de un proceso de cocción y concentración del jugo de la caña. Por eso, su sabor es más intenso y amargo, y su color es más oscuro y espeso.
La miel de caña tiene numerosos beneficios y propiedades para la salud, tanto por su composición química como por sus efectos fisiológicos. En primer lugar, es una fuente de energía natural, ya que contiene azúcares simples que se asimilan rápidamente en el organismo.
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Ser captada rápidamente por el organismo se convierte en ideal para personas que realizan actividades físicas o mentales intensas, o que necesitan un aporte extra de vitalidad. A su vez, es rica en minerales, como hierro, calcio, magnesio, potasio, fósforo y cobre.
También mejora la digestión y alivia los problemas gástricos, como la acidez, el reflujo o las úlceras.
Todos esos minerales contribuyen al buen funcionamiento del sistema nervioso, muscular, óseo y sanguíneo. Además, ayuda a prevenir y combatir la anemia, la osteoporosis, los calambres, la hipertensión y el colesterol.
La miel de caña es una buena fuente de antioxidantes, como los fenoles y los flavonoides, que protegen a todo el organismo de los radicales libres y el estrés oxidativo, responsables del envejecimiento celular y de muchas enfermedades degenerativas.
También tiene propiedades antiinflamatorias y antibacterianas, que favorecen la cicatrización de heridas y la prevención de infecciones. Tiene un efecto laxante suave, debido a su contenido en fibra y ácidos orgánicos, que estimulan el tránsito intestinal y previenen el estreñimiento.
Cuidados
Tiene un poco índice glucémico, lo que significa que no eleva bruscamente los niveles de azúcar en plasma, sino que los mantiene estables. Esto la hace apta para personas con diabetes o con resistencia a la insulina, siempre que se ingiera con moderación y ante supervisión médica.
La miel de caña es un alimento natural y saludable, que se puede ingerir tanto en crudo como en recetas dulces o saladas, como postres, salsas, aderezos, bebidas, etc. Sin embargo, hay que tener en cuenta que sigue siendo una forma de azúcar, y que su ingesta excesivo puede tener efectos negativos.