El amor es una sensación placentera que se comparte en pareja y puede ser un vínculo duradero entre ambas partes durante años. Sin embargo, estudios recientes han dado a conocer que hay cierta palabra que no debe mencionarse para no enervar a la otra parte.
El amor puede ser una experiencia fantástica, siempre y cuando sea correspondido, de lo contrario puede abrumar la mente y el corazón de quien lo vive. La vida en pareja, por otro lado, puede mejorar mucho si es que se evita una palabra que ha sido probado es la más dañina.
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La vida en pareja tiene múltiples factores que la atraviesan, pero son los dichos y las palabras las que mayor influencia tienen. De acuerdo a algunos expertos en psicoterapia, las personas que quieren prosperar en un vínculo en el tiempo tienen que eliminar de su repertorio la palabra “deberías”.
Según el portal “Mega noticias” ciertas actitudes exigentes que yacen fundantes en la palabra “deberías” causan, con el tiempo, amargura y sentimientos de ira. Por otro lado, se menciona que esto causa un constante estado de juzgamiento de un lado hacia el otro, desbalanceando los vínculos de poder.
Frases como “deberías saber lo que quiero”, "deberías saber lo que pienso”, “deberías hacer esto así”, son frases que horadan el amor, pues establece que un lado tiene la vara correctiva sobre el otro. Una sencilla forma de acabar con el vínculo amoroso en etapas medias y tardías.
Como se sabe, el respeto a las opiniones de los demás, saber que no se tiene el control sobre las acciones de otros ni mucho menos sus pensamientos son actitudes que deben tenerse en cuenta si es que se quiere progresar en el amor. El respeto a uno mismo y no castigarse por los errores es una fórmula ganadora en estos casos.
Otros consejos
Si se quiere llevar el amor a un punto más alto, es preciso mantener expectativas razonables sobre la personalidad y sobre lo que se quiere, pues se estaría colocando pautas incumplibles sobre otra persona que uno mismo no llena. De acuerdo a los expertos, es mejor ser realista que idealista en estos casos.
Puede llegar a darse el caso de que una persona sea atraída por una actitud de otra, pero una vez concretado el romance uno quiera cambiar la personalidad del otro. En estos casos es mejor hacerse a la idea que el control debe comenzar por uno mismo en lugar de establecerlo sobre el otro.