La Chía, como muchos saben y para aquellos que no, es una semilla derivada de la planta "Salvia Hispánica", originalmente nacida en América Central. Según la historia, ha sido parte fundamental de la alimentación de las antiguas civilizaciones del continente.
La Chía, según los datos recopilados, se destaca por ser una semilla única en términos de nutrición, proporcionando beneficios únicos al organismo humano. Se la reconoce, entonces, como un alimento esencial para una alimentación equilibrada y para la buena salud.
Te podría interesar
Entre muchas propiedades, la Chía resulta ser un alimento rico en nutrientes, ya que cuenta con proteínas naturales, fibra, ácidos grasos, magnesio, calcio y, además, es un antioxidante natural. Por ende, es sumamente importante incorporarla a nuestra alimentación.
Para quienes buscan descender de peso sin recurrir a dietas estrictas, que suelen generar sensación de hambre, se recomienda incorporar la Chía en la alimentación. Al ser rica en fibra, no solo suele controlar el apetito, sino, también, favorece a la regulación del organismo.
De hecho, además de ser beneficiosa para el corazón y tener propiedades antiinflamatorias, la Chía contiene omega 3 que, usualmente, ayuda a la regulación del azúcar y del colesterol, evitando que se desarrollen enfermedades leves o severas a corto o prolongado plazo.
Ahora la gran pregunta: ¿cómo la incorporamos a la alimentación? Pues hay diferentes formas, pero te dejaremos las más comunes. Se recomienda ingerir diariamente al rededor de 15 gramos de semillas de Chía, generalmente mejor si es en el desayuno.
Recetas
Para hacer un pudín, deberemos mezclar nuestra bebida, como leche, con las semillas de Chía y los demás ingredientes, puede ser avena, esencia de vainilla o canela. Dejaremos reposar 30 minutos y, tras pasarla a un bol, añadir las frutas frescas elegidas. Endulzar con miel.
Para hacer agua de Chía, hidrataremos las semillas con un poquito de líquido durante 1 hora. Una vez que estén listas, pasarlas a una botella o jarra de cristal. Agregamos 1 litro de agua fría y el jugo de un limón. Se puede ingerir así o endulzar. Cuando la sirvas, añade hojas de menta y listo.