Para muchos, curar un mate puede ser una tarea compleja y engorrosa, especialmente, si no se tiene mucha experiencia haciendo esto. Existen muchas formas de curar una calabaza, desde solamente colocar yerba dentro y raspar, hasta utilizar algunas brasas candentes en su interior.
Un mate curado tiene muchos beneficios que tienen que ver no solamente con el sabor, sino por la vida útil que le provee. En este artículo te brindaremos los lineamientos básicos para que puedas hacerlo en la comodidad de tu hogar y evitar situaciones peligrosas y complejas.
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Como primera medida se recomienda encender unas brasas y fraccionarlas en pequeños trozos del tamaño del mate de calabaza. Pueden ser brasas de leña, pero se recomienda el uso de carbón, pues este mantiene mucho mejor la temperatura, aun, cuando ya ha sido fraccionado.
Hay quienes aprovechan las brasas preparatorias para un posterior asado u otros que consideran mejor encender un cabrón en la hornalla de la cocina. Sea cual fuere la forma, se aconseja hacerlo con mucho cuidado para evitar quemaduras o daños a la superficie interior o exterior del mate.
Se coloca yerba usada en el mate que se quiere curar por un día entero para que la calabaza vaya adquiriendo el aroma de la materia vegetal. Con mucho cuidado, y con ayuda de unas pinzas metálicas, se colocan algunos trozos de brasas dentro del mate y se tiene el cuidado de removerlo para que todas las paredes se oscurezcan.
Luego de la primera pasada con brasas, se deja enfriar el mate por aproximadamente 10 minutos y se procede a realizar el mismo procedimiento. Una vez hecho esto, se enjuaga con abundante agua con el cuidado de no mojar demasiado el cuero o cuerina exterior.
Sin brasas
Aunque el curado de mate con brasas es muy versátil, lo cierto es que hay muchas personas que prefieren un método un tanto más simple. Algunos fabricantes recomiendan colocar yerba por 24 hs para que la superficie vaya adoptando el color verde oscuro clásico de estos.
Una vez que ha transcurrido un día con yerba, se raspa la superficie interior con una cuchara para retirar el excedente de material. Se vuelve a colocar yerba usada en el interior por un día más y se raspa lo último para darle el fin de un buen curado. Es la forma más fácil de curar un mate.