“Un día aceptaste la propuesta de ese amigo que tanto insistió en que lo acompañes a correr. El ritmo inicial lo marcó tu sedentarismo del último tiempo, pero semana a semana fuiste conquistando metros y segundos hasta que un día te levantaste con un dolor en la rodilla que no te permitía la flexión”, comenzó diciendo Alberto Cormillot.
“Según un estudio del Consejo Superior de Deportes (CSD) casi el 50% de los deportistas aficionados no se realiza un chequeo médico antes de empezar. Ignorando su estado de salud, se largan a correr aumentando el riesgo de lesiones, siendo las rodillas una de las partes más afectadas”, aclaró Alberto Cormillot.
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Según el medico el dolor en la zona es conocido como “rodilla de corredor”. “La rodilla de corredor puede ser consecuencia de: Traumatismo. Caerse sobre las rodillas o golpearse puede dislocar la rótula o desplazarla lo que hace que se deslice de manera incorrecta por el surco femoral”, mencionó.
“Falta de entrenamiento, entrenamiento excesivo o sobrecarga. La flexión continua de la rodilla puede irritar los nervios que rodean la rótula y distender los tendones generando dolor. Desalineación. Cuando la rótula está desalineada, correr o andar en bicicleta pueden desgastar el cartílago y producir dolor e irritación.
“Músculos débiles o contracturados. Esta situación puede aplicar presión excesiva en la rodilla al correr y el tendón del cuádriceps débil produce desalineación de la rótula. Problemas del pie. El pie plano puede estirar los músculos y los tendones de la pierna y causar dolor en la rodilla”, mencionó el especialista sobre los causantes del dolor.
“Frente a la presencia de dolor o inflamación el traumatólogo revisará la alineación de la rótula, el muslo, la parte inferior de la pierna y la amplitud de movimiento. También buscará señales de sensibilidad o luxación en la rótula”, aclaró Alberto Cormillot en base a los primeros análisis de un experto.
Tratamiento
“Interrumpir cualquier actividad hasta que el dolor desaparezca. Emplear la fórmula “dice” cuanto antes: Descanso. Hielo: El frío reduce la inflamación. Compresión: Venda elástica o rodillera ajustada con abertura para dejar libre a la rótula. Elevación: en posición de reposo, elevar la rodilla a una altura por arriba del nivel del corazón”, recomendó Alberto Cormillot.
“Tomar antiinflamatorios para aliviar el dolor y reducir la inflamación. Realizar ejercicios de elongación y fortalecimiento cuando el dolor y la inflamación disminuyen. Si la causa del dolor es tener pie plano, el traumatólogo te prescribirá plantillas ortopédicas”, completó.