A casi 20 días del fallecimiento de Silvina Luna, el país entero está a la expectativa de cómo avanzan las causas en contra de Aníbal Lotocki. Es que miles de personas esperan con ansias que la justicia se expida sobre el caso y que, finalmente, la joven pueda descansar en paz.
El terremoto mediático que ocasionó el paso a mejor vida de Silvina Luna todavía sigue resonando en todos los medios del país, donde estrellas de todas las áreas se han pronunciado en contra de lo que le pasó. Esta vez fue el turno de Esteban Lamothe, quien se tomó unos momentos para expresar su parecer.
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En conversaciones con Catalina Dlugi por “La Once Diez”, el actor reflexionó profundamente sobre los mandatos sociales y la idea de que solamente la gente joven tiene que ser partícipe de las historias que se quieren contar en los medios.
"Es muy triste a donde llegamos en el afán de querer conformar. Silvina Luna es solamente la punta del iceberg".
El sentido de las palabras del intérprete concuerda fuertemente con lo declarado por el hermano de la modelo fallecida, a Ángel de Brito, quien mencionó que la joven había decidido operarse para poder mejorar una parte de su organismo que no le gustaba mucho.
Según lo declarado por el conductor de “LAM” la famosa se había visto en una revista, pero que no fue de su completo agrado. Acto seguido, una compañera de trabajo le recomendó acudir con Lotocki, aunque nunca trascendió el nombre de la persona en cuestión.
Es ampliamente sabido que la sociedad argentina de hace una década oprimía demasiado a las damas que ingresaban en los medios de comunicación, en cuanto a su belleza e imagen. Esto colaboró fuertemente a casos de mala praxis en todo el territorio nacional que no han tenido tanta trascendencia.
Los dolores
El hermano de Silvina Luna comentó que fue él quien la llevó cuando ella decidió operarse y que también fue quien la retiró del sitio, después del procedimiento. En ese momento, el joven mencionó que la famosa no podía moverse y que le había parecido extraño.
Los dolores de la modelo se prolongaron por un tiempo, sin embargo, lo peor llegaría con el correr de los meses, pues sus funciones renales comenzarían a verse afectadas. Desde entonces, Silvina nunca más pudo vivir una vida tranquila, en lo personal o laboral.