Araceli Gonzalez admitió que padeció trastorno de pánico por más de diez años debido a la separación de sus padres. Con la distancia de su papá, la actriz tuvo que reconstruir la imagen que tenía del hombre o por lo menos idear otra con respecto a la persona que la “abandonó”.
“Sin dudas hubo un gran replanteo”, admite Araceli González sobre el vínculo que mantiene con Ernesto Omar González. “entendí que no es una mala persona, sino que simplemente no pudo. ¿Por qué voy a juzgarlo si no pudo?”, le confesó a Infobae.
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“Y la verdad es que lo perdoné porque ya no quiero cargar con eso en mí. Sí, me enojé en los momentos en que debía hacerlo. (Alcé la voz) fuerte cuando necesité (hablar). Pero también aprendí a darle buenos momentos”, reconoce la actriz sobre sus padecimientos.
“A compartir con él lo que me era posible. Y todo a partir de aquellos ataques de pánico que me permitieron decir y sanar. Siempre quise encontrar a papá”, reconoce Araceli sobre los momentos que pudo compartir con su padre cuando estuvo en casa.
“Revisando mis fotos me di cuenta de que siempre estoy en sus brazos, mirando todo desde ahí arriba con cierta soberbia, orgullo y seguridad. (Tenía) una debilidad muy especial por él”, contó González dejando en claro porque la separación fue algo que no pudo digerir por mucho tiempo.
A su vez, la actriz contó cómo esa frustración la ayudó a esforzarse más en el trabajo y así cumplir un sueño: comprarse un auto cero kilómetros. “Pancho Dotto me (repudió) ese verano en el que recibí el llamado de la concesionaria y dejé plantada la temporada en Punta del Este. Me decía: Estás trabajando como nunca”, recordó.
Momentos
“¿Te volviste loca?”, fue la pregunta que le hizo el empresario por la actitud de la modelo. “Y un poco tenía razón, porque los autos siempre fueron mi pasión”, aseguró. “Y con esa emoción inmensa que brotaba de mi salió también la necesidad de compartir ese momento con mi viejo”, agregó.
“Porque con él veía las carreras. Con él iba al autódromo. Por él amo los fierros. Tanto que en mi (juventud) pensé en dedicarme a ser corredora. Y esa tarde llegué tocando bocina a la estación de servicio en la que él trabajaba mientras todos los vecinos salían a ver qué feliz era Araceli con su auto nuevo”, recordó Araceli González.