Últimamente, la mayoría de las personas se quedan con la información de lo que no está bien en las relaciones que se establecen en la actualidad, pero poco se habla de lo que tendríamos que saber y tener en claro para crear relaciones sanas, de prosperidad, aprendizaje y duraderas.
Tomando como referencia a la magnífica Nilda Chiaraviglio, psicoterapeuta, conferencista y autora de libros especializados en los estudios de pareja y las relaciones sanas, te aportaremos contenido que te servirá para colocar en práctica durante toda la vida, en beneficio de nosotros mismos y también de los demás.
¿Qué hace que ciertas relaciones funcionen en el tiempo saludablemente y otras no? Principalmente, es indispensable aprender a diferenciar sobre el enamoramiento y el amor. El enamoramiento es un proceso químico, principalmente oxitocina en los glóbulos frontales que tiene un objetivo específico, es decir, se acaba con el tiempo. Podemos declarar a su favor que el enamoramiento es una de las etapas más hermosas de nuestras vidas y debemos aprovecharlas al máximo, sabiendo que en algún momento se terminará
Es común que cuando la oxitocina empieza a mermar, a través del tiempo, de repente nos parezca ver defectos en la otra persona que antes no notábamos, es ahí un buen momento para darnos cuenta de que el enamoramiento se está yendo y la hora de colocar en la balanza lo que nos gusta y nos disgusta de la otra persona. Si lo que nos gusta tiene más peso en la balanza, es ahí en donde realmente podemos tomar la decisión de amar, en el caso contrario es mejor dejar ir para habilitarnos el camino a conocer otras personas y hallar una balanza en donde para nosotros pese más lo positivo.
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En síntesis, esta profesional en el amor sano nos recomienda tomar la decisión de amar cuando identifiquemos que la etapa de enamoramiento está acabando, “no te cases enamorado/a” es un buen consejo para tener en cuenta.
Cuando la balanza de lo positivo pesa más, en ese momento será hora de hacer un compromiso de trabajo. Nilda dice “amar es trabajo”, “amar es un verbo”. Primero y principal es necesario hacer una introspección con uno mismo y preguntarse ¿cuál es mi demanda?, ¿en qué momentos me siento amado/a? Un ejemplo puede ser “yo me siento amado/a cuando tengo libertad de hacer planes y viajes por mi cuenta sabiendo que mi pareja confía plenamente en mí”, “yo me siento amado/a cuando percibo que mi pareja está interesada en mis proyectos y evoluciones”. Es analizar nuestra oferta y demanda. ¿Cómo amo?, ¿cómo me siento amado/a?, ¿mi oferta es compatible con la demanda del otro?, ¿su demanda es compatible con mi oferta?
La convivencia y el día a día al lado de tu pareja
Todos sabemos que el momento de la convivencia de pareja es una de las pruebas más difíciles en las relaciones (sanas o no) y es normal que por la misma cuestión empiecen algunos roces, hasta por motivos muy simples del hogar. Nilda nos menciona un ejemplo muy fácil: “¿A ti te molesta la toalla colgada? ¡cuélgala!, ¡quítala!, ¿a quién le molesta, a ti o a él? hazte cargo. Tú resuelves tus necesidades”.
Querer que las parejas rellenen las necesidades propias o tener el control de las decisiones del día a día de la otra persona, puede volverse tedioso y complicado para ambas partes. Se recomienda construir un espacio de respeto, confianza y responsabilidad, principalmente con uno mismo y luego con la otra persona, por eso amor es un verbo, por eso amor es trabajo.