En una entrevista con Infobae, Jesica Cirio contó que no es enemiga de las cirugías estéticas y que tampoco le tiene miedo, pese de haber pasado pocas veces el cirujano. “No les tengo miedo pero sí respeto. Pensá que yo me operé cuando tenía 16 años”, contó.
“Tuve la suerte de dar con la persona indicada a los 16 años, y hoy sigue siendo mi médico hasta el día de hoy, es Luis Ripetta que lo amo con todo mi ser. No, no les tengo miedo. Yo era chiquita y quería (implantes)”, reconoció Jesica Cirio.
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“Era bailarina y era muy flaquita, tenía el complejo de que tenía mucho (atrás) pero era chata de arriba. Mi mamá me lo permitió pero dijo: vamos a ver a varios cirujanos, no es que vas y te operas. Y tuve la suerte de conocer a Luis”, destacó la modelo.
En la misma línea, Jesi contó cómo dio con su cirujano. “Chiche Gelblung hacía un programa debatiendo si estaba bien que las “jóvenes” se operen o no. Yo había empezado a trabajar en televisión y la llevé a mi mamá a la charla para convencerla de que me dejara operarme a los 16”, recordó.
“Algunos médicos estaban a favor y otros en contra, Luis fue uno de los médicos que dijo que no había ningún problema”, aclaró la conductora de “La Peña de Morfi”. A su vez reconoció: “Tuve suerte, sí. Tuve suerte y tuve una mamá atrás también”.
“Porque mi mamá me acompañó a ese programa y charló con el médico. El médico la invitó a que fuéramos a su clínica. Nos explicó todo y tomé la decisión desde una persona reconocida. Mi mamá era empleada municipal, para nosotros era muy costoso pagarlo y Ripetta le dio a mi mamá 180 millones de cuotas y le fue pagando”, recordó.
Información
Sobre la información que se maneja en estos tiempos con respecto a las operaciones, Jesica Cirio dejó en claro: “Yo siempre fui muy consciente de dónde iba o en qué lugar me metía y tuve la suerte de (hallarlo) y pedirle un consejo. Nunca me dejó hacerme otra cosa”.
“De hecho, las veces que yo he ido más chiquitita, yo tenía veintipico. Luis me quiero hacer una lipo acá. Iba directamente ahí a la clínica. Me quiero (quitar) de acá. Me miraba, andate Jésica. No pero dale, escucha, me (quitás) un poquito de acá. Andá, vos entrenás, vos hacés ejercicio, dale. Me iba enojada”, completó.