En una reciente entrevista con Revista Gente, Wanda Nara habló, entre otras cosas, de cómo es como madre. De entrada mencionó que es exigente con las actividades de la casa y la educación de los tres hijos que tuvo Maxi López: Valentino, Constantino y Benedicto; y las dos hijas con Mauro Icardi: Francesca e Isabella.
“Lo soy. Especialmente con la educación y lo fui, en particular, con los tres varones. Pienso que las nenas me agarraron más cansada. Pero igual, llegué a la Argentina y busqué profesores particulares de inglés, francés e italiano para todos, porque no quiero que ninguno pierda los idiomas que aprendieron”, reconoció Wanda Nara.
Te podría interesar
En cuanto a los constantes escándalos mediáticos que se leen en los portales de noticias y se ven en la televisión, Wanda reconoció que eso no lo afectan a sus hijos. “Cero. Mis hijos son muy puros y sanos y viven en otro mundo”, destacó sin puntualizar en ninguno de ellos.
“Ninguno ve televisión, no están pendientes de las noticias y te diría que, hasta Valentino, que ya tiene 14 años y podría salir a bailar, prefiere irse a dormir temprano porque se levanta todos los días a las 6 para entrenar”, destacó sobre las preferencias de sus hijos.
“En casa se cena a las 20 porque todos madrugamos. Siempre me despierto con el ruido de la licuadora y sé que es él preparando su licuado de frutas y el desayuno. Creo que tener un hijo mayor tan estructurado también me ayudó a ordenarme”, contó la hermana de Zaira.
“Mis hijos son muy unidos y compinches, pero súper distintos entre sí. Francesca ama la naturaleza y el arte, Isabella es fan de la moda y Benedicto es el diferente de la familia, el contra de la casa, a Coki lo consideramos el ‘hippie’ porque se adapta a todo y siempre está muy relajado. Valentino, el mayor, es súper responsable, exigente y maduro” puntualizó.
Cambios
Wanda Nara reconoce que cambiar de país y colegios para sus cinco hijos nunca fue un problema. “Cuando nos mudamos a París me llamó la maestra de Benedicto y me dijo: No se está adaptando bien al colegio y se escapa de clase. Ese día lo fui a buscar preocupada y le pregunté qué pasaba y por qué huía del aula sin avisar”, contó.
“Me contó que todos los días iba a espiar la ventana del curso de Francesca para chequear que estuviera integrada, y se quedaba ahí un rato hasta que la veía charlar con alguna compañera. “Hoy fui y vi que ya hizo varias amiguitas, así que avisále a la seño que no me voy a escapar más”, explicó la modelo.