En un mano a mano con Infobae, Laura Ubfal confesó qué es lo más difícil de ser famosa y así también qué es lo más difícil. “Lo más difícil es la sobreexposición, como fue Gran Hermano, por ejemplo: fui a ver Casados con hijos y no podía salir del teatro”, contó.
“No por mala onda, todo lo contrario, la mejor onda con la gente, no me la doy, si no que te digo que la sobreexposición en ese sentido, y sobre todo en las redes, aunque a esta altura tengo una espalda que puedo aguantar que me digan, lo que quieran, que no me importa”, aclaró Laura Ubfal.
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“Tampoco contesto. Santiago del Moro me decía que no contestara, así que teníamos prácticamente prohibido contestarle a nadie. De todas maneras, tampoco suelo contestar mucho en las redes. Para (discutir) con gente que ni sabés quién es, no tiene sentido”, reconoció la periodista.
En cuanto al lado bueno de la exposición, Laura reconoció: “La buena onda, sobre todo con las chicas, con la gente joven: es impresionante. Yo tengo la mejor con la gente en la calle. Excelente respuesta. Y mucha credibilidad”. De esta manera, apartó a la gente de su edad.
“Son muchos años de trabajo, y la gente me cree: la gente sabe que cuando digo algo lo digo porque estoy informada, porque es en serio”, destaca Ubfal, quien sabe todo del mundo del espectáculo, sobre la credibilidad que representa en los medios de comunicación.
“Hay mucha chantada en el medio y es difícil esto del llamado periodismo en general, periodismo de espectáculos en particular, porque cualquiera puede ser periodista y esa es la realidad”, destacó la periodista sobre las y los “panelistas” que ocupan un lugar que no corresponde.
Chantas
“Cuando yo empecé había un colegio de periodistas, había un carnet: tenías que tener tantas notas para que te efectivizaran, había toda una reglamentación. Ahora, ya no”, manifestó Laura Ubfal sobre el camino que debía recorrer un periodista una vez recibido.
“A esta altura, la gente sabe quién es quién. Hay que confiar en el público en todo sentido: en el que lee, en el que escucha, en el que ve. Yo confío mucho en la gente, que tiene clarísimo quién es quién. No hace falta explicarle nunca algo”, dice sobre la inexistente reglamentación.