Este jueves 9 de marzo, Momo está cumpliendo un año más de vida y, como no podía ser de otra manera, Jimena Barón lo saludo a través de las redes sociales y enseñó su pancita de embarazada cuando solo restaban horas para que su hijo llegara a este mundo.
“Mi panza el 8 de marzo, al día siguiente nacía Momo”, escribió Jimena Barón sobre la foto en donde se puede ver lo grande que estaba su pancita aquella jornada previa al nacimiento de su hijo. En otro comentario, la cantante también enseño el regalo con el cual espero al cumpleañero.
En el mes de septiembre del año pasado, la artista planto bandera sobre la maternidad y mencionó: “Siempre me quedo con Momo en su cama hasta que se duerme (ahora que se independizó, je). A veces (como hoy) apenas siento que se queda dormido, me (coloco) a llorar sin mucha razón”.
“Hace pocos años entendí (o más bien (percibí)) que la vida de verdad pasa volando, y que muchos momentos que mi hijo vive como ordinarios y cotidianos, son en realidad extraordinarios y mágicos, y sobre todo, son la cima, no hay (algo) más arriba que eso”, sostuvo.
“El truco es que yo lo sé y él no, y por más que se lo explique hasta que no sea grande no lo va a entender, es una especie de hechizo llamado infancia u oro”, reflexiono Jimena entendiendo que ella también paso por esa etapa en donde las cosas no son comprendidas en su totalidad.
Para hacer más sensible el momento, Barón publicó en aquella oportunidad una foto en donde se puede ver un cuadro pintado por su abuela. “Yo pintada en acuarela por mi abuela, durmiendo la siesta en la cama de mi mamá. Ahí no sabía. Ahora sí”, mencionó.
Ellos lo saben
“Todas las mamás que se quedan como un roble siendo mamás, desprendiéndose sin dudar, sin ni siquiera pensar, en el dolor, en la traición, en la soledad, en la humillación, en el abandono, en hasta ser todo, para antes que todo, seguir siendo mamás”, acompañó Jimena Barón.
“Las admiro y abrazo hasta la luna, sobre todo a las que les costó y les sigue costando tanto, y dejan todo para poder llorar un rato, dormir un poco y seguir al día siguiente. Hay recompensa allá arriba. Cuando ellos crecen y se vuelven incondicionales, porque saben, ellos saben más que nadie”, destacó.