Perder peso es uno de los propósitos más comunes que muchas personas se plantean al inicio de un nuevo año, o en cualquier momento de sus vidas, asegura Estefanía Pasquini. Sin embargo, no siempre se logra este objetivo, ya sea por falta de motivación, de planificación o de constancia. Para evitar el fracaso y conseguir resultados duraderos, es importante saber cómo establecer objetivos alcanzables cuando se quiere perder peso y seguir una serie de pasos que nos ayuden a cumplirlos.
Estefanía Pasquini dice que los objetivos alcanzables son aquellos que se ajustan a nuestra realidad, a nuestras capacidades y a nuestros recursos, y que nos suponen un reto, pero no una frustración. Estos objetivos deben ser específicos, medibles, realistas y temporales, es decir, deben responder a las preguntas: ¿qué quiero lograr?, ¿cómo lo voy a medir? y ¿es posible hacerlo? Un ejemplo de un objetivo alcanzable para perder peso podría ser: “Quiero perder 5 kilos en 3 meses, siguiendo una dieta equilibrada y haciendo ejercicio 3 veces por semana”.
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Este objetivo es claro, concreto, cuantificable, factible y tiene un plazo definido. Para establecer objetivos alcanzables para perder peso, se recomienda seguir los siguientes pasos: Analizar la situación actual: antes de fijar un objetivo, es conveniente hacer un balance de nuestra situación actual, es decir, de nuestro peso, índice de masa corporal, hábitos alimenticios, nivel de actividad física y estado de salud. Esto nos permitirá tener una referencia de partida y conocer nuestras fortalezas y debilidades.
Definir el objetivo principal: el objetivo principal es el resultado final que queremos obtener, por ejemplo, perder 10 kilos, reducir el colesterol, mejorar la forma física, etc. Este objetivo debe ser coherente con nuestra situación actual y con nuestras expectativas, y debe estar expresado de forma positiva, es decir, en términos de lo que queremos conseguir y no de lo que queremos evitar.
Dividir el objetivo principal en objetivos secundarios: los objetivos secundarios son los pasos intermedios que nos acercan al objetivo principal, y que nos ayudan a mantener la motivación y el compromiso. Estos objetivos deben ser más específicos, medibles, realistas y temporales que el objetivo principal y deben estar vinculados con los cambios de hábitos que debemos adoptar para perder peso, cómo mejorar la alimentación, aumentar el ejercicio y controlar el estrés.
Establecer un plan de acción: el plan de acción es la estrategia que vamos a seguir para alcanzar los objetivos secundarios y, por ende, el objetivo principal. Este plan debe incluir las acciones concretas que vamos a realizar, los recursos que vamos a utilizar, los obstáculos que podemos hallar y las soluciones que vamos a aplicar. También debe contemplar las formas de evaluar el progreso y de recompensar los logros.
Revisar y ajustar los objetivos
Los objetivos no son inamovibles, sino que pueden y deben adaptarse a las circunstancias que se presenten. Por eso es importante revisar periódicamente los objetivos, para comprobar si se están cumpliendo, si se están dando los resultados esperados, si se han producido cambios en nuestra situación o en nuestras prioridades. Si es necesario, se pueden modificar los objetivos, para hacerlos más realistas, más desafiantes o más acordes con nuestros intereses.
Establecer objetivos alcanzables para perder peso tiene múltiples beneficios, tanto a nivel físico como psicológico. Algunos de estos beneficios son: Mejora la salud: al perder peso, se reduce el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión y colesterol alto. Además, se mejora la movilidad, la resistencia, la fuerza y la flexibilidad. Al lograr los objetivos, se incrementa la confianza en uno mismo, la satisfacción personal y el orgullo por el esfuerzo realizado, asegura Estefanía Pasquini. También se mejora la imagen corporal y la aceptación de uno mismo.