El orégano es una de las especias más utilizadas en la cocina, especialmente en la gastronomía mediterránea, donde se emplea para condimentar pizzas, salsas, carnes, ensaladas y otros platos. Pero además de aportar un sabor y un aroma característicos, el orégano tiene numerosas propiedades medicinales que pueden beneficiar nuestra salud.
El orégano, según diversos estudios científicos, contiene compuestos fenólicos, como el carvacrol y el timol, que le confieren una potente actividad antioxidante, antimicrobiana, antitumoral, antiinflamatoria y analgésica. Estos compuestos se encuentran principalmente en el aceite esencial de la planta, que se extrae de sus hojas y flores.
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El orégano estimula la producción de jugos gástricos y favorece el apetito, lo que ayuda a prevenir y aliviar las digestiones pesadas, los gases, los espasmos y la hinchazón abdominal. También tiene un efecto astringente y antiinflamatorio que puede ayudar a combatir la diarrea ocasional. Además, es útil para tratar infecciones del tracto digestivo, respiratorio y urinario, causadas por microorganismos como Salmonella.
Esta planta puede prevenir y tratar las inflamaciones del hígado, causadas por el consumo excesivo de alcohol, medicamentos o alimentos contaminados. También puede favorecer la eliminación de toxinas y mejorar el funcionamiento del hígado. Además, es una fuente de vitaminas, minerales y antioxidantes que pueden reforzar las defensas naturales del organismo y prevenir el daño celular.
La planta tiene propiedades analgésicas y antiinflamatorias que pueden reducir el dolor y la inflamación asociados a diversas condiciones, como la artritis, el reumatismo, la ciática, el dolor menstrual, el dolor de cabeza y el dolor de muelas. El orégano también puede relajar los músculos y los nervios, lo que favorece el sueño y el bienestar.
¿Cómo consumir el orégano? En forma de infusión: se puede preparar una infusión de orégano con una cucharadita de hojas secas por cada taza de agua hirviendo. Se deja reposar unos 10 minutos y se cuela. Se puede tomar hasta tres veces al día, después de las comidas, para mejorar la digestión, combatir las infecciones y aliviar el dolor.
Nueva forma
En forma de aceite esencial: se puede aplicar unas gotas de aceite esencial de orégano diluido en un aceite vegetal, como el de oliva o el de almendras, sobre la zona afectada, para aliviar el dolor, la inflamación y las infecciones. También se puede inhalar el vapor del aceite esencial de orégano, añadiendo unas gotas a un recipiente con agua caliente, para descongestionar las vías respiratorias y combatir los resfriados y la bronquitis.
En conclusión, el orégano es una especia que no sólo aporta sabor a nuestros platos, sino que también puede cuidar nuestra salud, gracias a sus múltiples propiedades medicinales. Sin embargo, se debe consumir con precaución y respetando las dosis recomendadas, para evitar posibles efectos secundarios y contraindicaciones. Ante cualquier duda, se debe consultar con el médico o el farmacéutico.