La menta es una hierba que pertenece a la familia de las lamiáceas, de la que existen unas 18 especies diferentes. Su nombre científico es Mentha piperita y se cree que es un híbrido entre la menta acuática y la menta de espiga. Su origen se sitúa en la región mediterránea, pero se ha extendido por todo el mundo gracias a su fácil cultivo y a su uso gastronómico y medicinal.
La menta se caracteriza por tener unas hojas verdes, ovaladas y dentadas, que desprenden un aroma intenso y refrescante debido a los aceites esenciales que contienen, especialmente el mentol. Estos aceites son los responsables de la mayoría de las propiedades y beneficios de la menta para la salud, que se pueden aprovechar tanto en forma de infusión, como de extracto, de aceite o de ungüento.
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La menta tiene un efecto carminativo, es decir, que ayuda a expulsar los gases acumulados en el tracto digestivo, aliviando la hinchazón, los cólicos y los espasmos. Además, estimula la secreción de bilis y de jugos gástricos, facilitando la digestión de las grasas y la absorción de los nutrientes. También tiene un efecto prebiótico, que favorece el crecimiento de las bacterias beneficiosas para la flora intestinal.
Alivia el síndrome del intestino irritable: el síndrome del intestino irritable es un trastorno funcional que se caracteriza por dolor abdominal, alteración del ritmo intestinal, diarrea o estreñimiento, y sensación de evacuación incompleta. La menta tiene un efecto antiespasmódico, que relaja los músculos lisos del intestino, reduciendo el dolor y la inflamación. También tiene un efecto antiséptico, que previene el crecimiento de bacterias patógenas en el intestino.
La menta tiene un efecto expectorante, descongestionante y antitusivo, que ayuda a eliminar la mucosidad, a despejar las vías respiratorias y a aliviar la tos. El mentol tiene un efecto refrescante, que calma la irritación de la garganta y el dolor de cabeza. Además, la menta tiene un efecto antibacteriano, antiviral y antifúngico, que previene y combate las infecciones respiratorias causadas por microorganismos.
También tiene un efecto antiséptico, que elimina las bacterias que causan el mal aliento, la caries y la gingivitis. También tiene un efecto refrescante, que neutraliza los olores y deja una sensación de limpieza y frescor. Por eso, la menta es un ingrediente común en muchos productos de higiene bucal, como pastas de dientes, enjuagues, chicles y caramelos.
Más propiedades
Esta planta tiene un efecto relajante, que ayuda a reducir el estrés, la ansiedad y la agitación. El aroma de la menta estimula el hipocampo, que es la zona del cerebro vinculada con la memoria y el estado de ánimo. Así, la menta mejora la concentración, el enfoque y la claridad mental. Además, la menta tiene un efecto antidepresivo, que eleva el ánimo y combate la depresión.
La menta tiene un efecto analgésico y antiinflamatorio, que ayuda a aliviar los dolores de cabeza, especialmente los causados por la migraña. El mentol tiene un efecto vasoconstrictor, que reduce el flujo sanguíneo hacia el cerebro, disminuyendo la presión y el dolor. Además, la menta tiene un efecto refrescante, que calma la tensión y el calor en la zona afectada.