Tener una piel saludable y libre de impurezas no es un objetivo inalcanzable, pero para poder lograrlo debes determinar cuáles son las necesidades que tiene y en base a esto seguir el camino más adecuado para su cuidado.
Para llevar un efectivo cuidado de la piel, lo primero que debes conocer es saber si tienes piel normal, seca, grasa o mixta. Este punto es muy importante, ya que con esto podrás determinar los productos y tratamientos que vas a adquirir.
Te podría interesar
Piel normal: los poros permanecen cerrados, hay buena circulación, la textura es lisa y aterciopelada, con un color uniforme. Piel seca: esta es una de las afecciones más frecuentes, sin importar la edad, la cual se caracteriza por presentar un aspecto áspero, con algunas manchas, enrojecimiento y mayor tendencia a que se generen marcas y arrugas.
Piel grasa: se caracteriza por tener un exceso de brillo en todo el rostro, pero, puntualmente en la famosa zona “T” (frente, nariz y mentón), se concentra la mayor cantidad de grasitud. También, en este tipo de piel, los poros están dilatados, hay impurezas visibles y suelen tener brotes de acné. Piel mixta: tipo de piel muy frecuente, que se caracteriza por una combinación entre la piel grasa y seca. ya que mientras que la zona “T” permanece con grasitud, las mejillas tienden a resecarse.
Luego de haber definido que tipo de piel tienes, podrás realizar una mejor elección de los tratamientos que debes implementar para su cuidado. En el caso de la piel normal, si bien los cuidados son mínimos (higiene, hidratación y protección), los mismos debes realizarse a, menos 2 veces al día. Para la piel grasa, es bueno recurrir a productos que sean astringentes, hidratantes livianos a base de gel o sérums con ácido hialurónico.
En cuanto a la piel seca, en ella se deben incorporar productos de consistencia más “pesada” y mantener una buena hidratación a través de la ingesta de agua. Por último, la piel mixta debe ser tratada con productos “oil free” e hidratantes livianos.
Importante
Algunas personas recurren a invertir en los productos que se promocionan en los medios de comunicación, y si bien muchos de ellos son altamente efectivos, la realidad es que no siempre se adecuan a todos los tipos de piel, debido a que cada ser humano tiene distintas necesidades.
Ya sea para comenzar un tratamiento o para elegir los productos que vas a incorporar a tu rutina de cuidado personal, es recomendable que asistas a un especialista de piel para que pueda orientarte mejor en los cuidados que debes tener a diario.