Los frutos rojos, también llamados frutos del bosque, son un grupo de frutas que se caracterizan por su color rojo o morado intenso, su aroma, su sabor y su forma. Entre ellos se hallan las fresas, las frambuesas, los arándanos, las moras, las cerezas, las grosellas y otros. Estos frutos no solo son deliciosos y versátiles en la cocina, sino que también son una fuente de nutrientes y antioxidantes que aportan múltiples beneficios para la salud.
Los frutos rojos son ricos en vitaminas, minerales, fibra y fitoquímicos, que son sustancias vegetales con efectos protectores para el organismo. Entre ellos destacan: La vitamina C: es un potente antioxidante que ayuda a prevenir el envejecimiento celular, a fortalecer el sistema inmunitario, a favorecer la absorción del hierro y a sintetizar el colágeno, que es una proteína que mantiene la elasticidad de la piel, los huesos y los tejidos.
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¿Qué beneficios tienen los frutos rojos para la salud? La ingesta regular de frutos rojos puede contribuir a mejorar la salud de diversas formas. Algunos de sus beneficios son, prevenir enfermedades cardiovasculares: los frutos rojos ayudan a mantener las arterias sanas y flexibles, a evitar la acumulación de placas de grasa en las paredes arteriales y a reducir la presión arterial. Todo ello previene el riesgo de sufrir infartos, anginas de pecho o accidentes cerebrovasculares.
Prevenir algunos tipos de cáncer: los frutos rojos tienen efectos anticancerígenos, ya que inhiben la proliferación de células tumorales, inducen la perdida celular programada (apoptosis) y evitan la formación de nuevos vasos sanguíneos que alimentan a los tumores (angiogénesis). Algunos tipos de cáncer que pueden prevenirse con los frutos rojos son el de colon, mama, próstata y estómago.
Prevenir enfermedades neurodegenerativas: los frutos rojos protegen el cerebro del deterioro cognitivo asociado al envejecimiento o a enfermedades como el alzhéimer o el párkinson. Lo hacen mediante la mejora del flujo sanguíneo cerebral, la reducción del estrés oxidativo y la inflamación neuronal y la estimulación de la memoria y el aprendizaje.
Los arándanos tienen propiedades antibacterianas que impiden que las bacterias se adhieran a las paredes del tracto urinario, causando infecciones como la cistitis. Se recomienda comer arándanos frescos o en zumo para prevenir o tratar estas infecciones. Los frutos rojos contienen luteína y zeaxantina, dos carotenoides que se acumulan en la retina y protegen los ojos de la luz azul dañina. Además, previenen enfermedades como la degeneración macular, las cataratas o el glaucoma.
¿Cómo aprovecharlos al máximo?
Los frutos rojos se pueden ingerir de diversas formas, tanto frescos como congelados, deshidratados o en conserva. Sin embargo, para aprovechar al máximo sus propiedades, se recomienda seguir estas pautas: Elegir frutos rojos de temporada, locales y ecológicos, ya que tendrán más sabor, más nutrientes y menos residuos químicos que los exportados o tratados con pesticidas. Lavarlos bien antes de comerlos, pero no dejarlos en remojo ni cortarlos con mucha antelación, ya que pueden perder parte de sus vitaminas y antioxidantes.
Ingerirlos preferentemente crudos, ya que el calor puede destruir algunos de sus compuestos beneficiosos. Si se cocinan, se debe hacer a mínima temperatura y poco tiempo. Combinarlos con otros alimentos que potencien sus efectos, como el yogur, las nueces, el chocolate o el té verde. Comer una porción diaria de frutos rojos, que equivale a unos 150 gramos o una taza. Se pueden tomar en el desayuno, la merienda, las ensaladas, los batidos, los postres o como snack entre horas.