En un mano a mano con María Laura Santillán para Infobae, Ángela Leiva contó algunos secretos de su pasado, cómo fue su inicio en la música y cómo impactó la enfermedad y fallecimiento de sus padres. “A los 8 empecé a escuchar mucha cumbia, cuando me mudé definitivamente a Buenos Aires, porque soy de Tandil. Mi adolescencia fue en San José, Temperley, el barrio donde me crié”, comenzó diciendo.
“Nunca uno está preparado para perder un ser querido y mi vieja se fue muy joven. Mi mamá era mi fan número uno y mi papá le competía. Porque a mi viejo le gustaba más el escenario, le gustaba acompañarme. Cuando empecé en esto, tenía mi banda de barrio y él (colocaba) el auto. Nos subimos como podíamos, éramos diez personas”, recordó Ángela Leiva.
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“No sé cómo hacía para subir tanta gente en ese auto. Me acompañó desde siempre”, mencionó al recordar la etapa de “Angie y Los Fieles”, su primera banda. En cuanto a su llegada a la música dijo: “Un día llegué con 16 años a escuchar el ensayo en vivo y se enteraron que cantaba por el barrio. " Nos enteramos que vos cantás, ¿no te animás a cantar una canción? Y canté Gilda”.
“Me dijeron: vos sabés que de acá no te vas más ¿no? Así fue”, recordó y agregó “No era un trabajo remunerado, más bien era tocar por amor al arte. En esa época todavía no nos pagaban por hacer shows. Pasé de ser la Angelita tímida a ser la cantante del barrio. Mi debut en realidad fue en el colegio porque ahí rompí el hielo con mis compañeritos”.
“Así fui perdiendo la timidez. A mí me trababa mucho la timidez. Todos me decían: cantás re lindo, cantá. Y a veces por timidez no lo hacía. Era muy para adentro, era muy insegura, la timidez viene un poco de eso. Me costaba mirarme al espejo, pero sabía que lo tenía que hacer”, reconoció Ángela sobre los pensamientos que no la dejaban crecer.
“Tenía mis mambos de chiquita, todos fuimos (jóvenes). Todos tuvimos inseguridades. Por suerte después fui entendiendo que la belleza es, parece un cliché, pero la belleza es interior. Me ocupo mucho de lo que se ve, me encanta ocuparme de la moda, de cómo me visto, del pelo, del maquillaje. Pero entiendo que hay otra cosa mucho más importante que es lo que está acá adentro”, agregó.
Trabajo interno y personal
“Me ocupo mucho porque soy muy obsesiva conmigo misma con respecto a mi salud mental. Tuve una época bastante heavy. Cuando comencé a cantar tuve que entender que uno es un negocio para otros, eso me hizo un clic en la cabeza. Yo era muy chica cuando gané el concurso, cantaba porque me gustaba cantar y era un sueño”, recordó Ángela Leiva.
“El sueño de repente te muestra la realidad. Empecé a trabajar mucho. Fui muy exitosa desde el comienzo y eso es muy difícil. Nunca fui a un psicólogo. Nunca fui a un psiquiatra. Pero hago otras terapias, biodescodificación, constelaciones familiares. Me escucho mucho cuando hablo. Observo mucho lo que hago y lo que no hago. Cómo me manejo con el resto, con la gente que amo, que está a mi lado, cómo los cuido”, completó.