Marcela Kloosterboer, quien volvió al ruedo en la actuación con la comedia que es dirigida por Diego Rinaldi y protagonizada por Emilia Mazer y ella, habló con Carmen Barbieri para el programa “Mañanísima” desde el Teatro Candilejas de Villa Carlos Paz, Córdoba.
Sin lugar a dudas, Marcela Kloosterboer, está atravesando uno días como se los había imaginado en donde el sol, el relax y la pileta no faltan. Y como suele suceder cada verano, sus dos hijos Juana y Otto, son los compañeros que tiene para esta aventura teatral de verano.
Promediando la nota, en donde la actriz habló de su prolongada trayectoria en la pantalla chica, Barbieri, quien quiso saber si en algún momento de su vida laboral había sufrido una situación incómoda, las cuales por estos tiempos son muy denunciadas por las secuelas que dejó.
Haciendo memoria y respaldándose en sus recuerdos, Marcela mencionó que sufrió estas penosas y lamentables situaciones en sus inicios, cuando ella aún no había cumplido la mayoría de edad (18). Esta situación se daba cuando ella llegaba del colegio directo a grabar.
“Llegaba a grabar con el uniforme del colegio, con la pollerita tableada del colegio y por ahí sí me decían cosas en el estudio”, sostuvo la actriz y agregó: “Yo llegaba con la pollerita, muy inocente, y se volvían locos. Me decían cosas y yo no tenía mucho registro porque era chica”.
“En ese momento era como algo normal, que te lo tenías que bancar”, destacó. “Hoy en día por suerte cambió todo. Y es como: No digan algo. Estas situaciones que te cuento sucedieron cuando entraba a grabar, en el estudio, de parte de compañeros. Eran cosas que antes eran más permitidas”.
Cambios a medias
“Hoy ningún hombre se atreve a decir algo así”, acotó Carmen Barbieri sobre los cambios que se produjeron, pero Estefi Berardi la contradijo: “¿Qué no, Carmen? Sí, todavía hay gente que lo hace” mencionó y Marcela Kloosterboer agregó: “Todavía hay atrevidos”.
“Pero me acuerdo que antes por ahí entras a un estudio y estaba incómoda. Tenía que grabar una escena en pijama y la hacía como tapándose, sabiendo que me iban a mirar, me iban a incomodar. Ahora, 20 años después, esto ya no pasa. Hay otro respeto, hay otra postura”, sostuvo.