"¡Hola, amigos! Hoy les quiero contar una historia sobre un grupo de demonios que se juntaron y decidieron hacerle un mal al ser humano. Vamos a quitarles algo, propuso uno. Qué buena idea, respondió el resto", arrancó Sergio Lapegüe.
Sergio Lapegüe es uno de los conductores más queridos de la televisión argentina, y decidió compartir una fuerte reflexión en sus redes sociales.
Y agregó: "Se (colocaron) a pensar y al rato aparecieron las primeras opciones: ¿Qué les parece si les quitamos el poder?. Nooo, olvidate. Ellos el poder lo van a poder conseguir de alguna manera. ¿El dinero? Tampoco tienen mucha perseverancia, se los escuchaba discutir".
Sergio Lapegüe continuó con su relato: "Así siguieron, hasta que a uno que se mantenía callado se le prendió la lamparita: ¿Y por qué no les quitamos la felicidad? Esa sí era buena idea. Hay que escondérsela, pero bien escondida, acordaron. Vamos a (colocarla) en el monte más alto del mundo. No van a poder (hallarla) ahí, planteó uno de los diablos".
El periodista remarcó: "Olvidate, van a subir. Algo van a inventar para conseguirla. Lo mismo que si la (colocamos) en el fondo del mar: van a ir en submarino, concluyeron. Era verdad. La perseverancia del ser humano es única. Hasta que, por fin, uno de los demonios dio en la tecla: Ya sé: hay que esconderla dentro de ellos. Nunca la van a (hallar) ahí. Están perdiendo todo su tiempo buscándola afuera y nunca se darán cuenta dónde está realmente’. Y así fue".
En ese punto, el conductor hizo una fuerte reflexión: "Tantas veces te digo yo en la radio que hay que ser feliz con lo que tengo y no con lo que quiero tener. Hasta lo (coloqué) en una canción. Uno siempre piensa que tiene que buscar cosas afuera para ser feliz y no se da cuenta de que la felicidad está adentro y es lo que hoy tengo conmigo: la salud, la familia, los amigos, los pequeños momentos. (Aprovechá) ahora. Esa es la enseñanza".
El referente de TN la pasó muy mal
Días atrás, Sergio Lapegüe enseñó su gran estado físico y reconoció que, en medio de la pandemia, cuando lo internaron de urgencia, estuvo al borde de perder la vida.
Afortunadamente, gracias al apoyo de su esposa, el amor de sus dos hijos y una constante tarea de recuperación física y alimentaria le permitieron recuperar el peso que había perdido y volver a caminar con normalidad, tras un periodo donde apenas podía moverse porque se quedaba sin energía enseguida.