Javier Milei ha tomado una postura firme frente a la posibilidad de que el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) no sea aprobado en la Cámara de Diputados. Ante esta eventualidad, Milei ha adelantado que tiene la intención de dividir el DNU en siete partes distintas para su promulgación.
El DNU en cuestión, que contiene 366 artículos y propone una serie de reformas que abarcan desde la desregulación económica hasta cambios en la justicia y la seguridad, ha sido un tema de gran controversia y debate. El Senado ya ha votado en contra de este decreto de Javier Milei, lo que ha generado tensiones entre la Casa Rosada y la vicepresidenta Victoria Villarruel³.
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Milei ha criticado duramente a los senadores que votaron en contra del DNU, calificándolos de "orkos", un término despectivo que utiliza para referirse a los populistas y kirchneristas. En particular, ha señalado a Martín Lousteau, miembro del bloque de la UCR, por su rechazo al decreto, acusándolo de buscar beneficios personales y comparándolo con Axel Kicillof en términos de incompetencia.
En una entrevista, Milei expresó su descontento con la situación y su determinación de seguir adelante con las reformas propuestas, independientemente de los obstáculos que encuentre en el Congreso.
Aseguró que, si el DNU es rechazado en la Cámara de Diputados, no bajarán los brazos y volverán a la carga con otros decretos y proyectos. El presidente también advirtió que aquellos diputados que voten en contra del DNU quedarán "expuestos" ante la sociedad como enemigos de la libertad y defensores de los privilegios.
Esta estrategia de dividir el DNU en partes más pequeñas podría ser una táctica para facilitar su aprobación, permitiendo que se debatan y aprueben secciones individuales del decreto en lugar de enfrentar la oposición a un documento extenso y complejo.
Postura
La decisión de Javier Milei de dividir el DNU en siete partes refleja su compromiso con un cambio de rumbo en la política y economía argentina. El presidente ha enfatizado la necesidad de eliminar barreras y restricciones estatales que, según él, impiden el desarrollo normal de la economía y promover una mayor inserción en el comercio mundial.
La postura del presidente frente al DNU y su posible división en partes más manejables es un claro indicativo de su voluntad de implementar cambios profundos en la estructura del Estado argentino. Aunque enfrenta resistencia en el Congreso, su determinación de seguir adelante con su agenda de reformas es evidente.