Según los expertos, es de suma importancia el uso diario del protector solar, ya que protege nuestra piel de los daños del sol, y no debe usarse solo en la playa. La creencia de que el sol en invierno no nos hace daño es muy común, pero falsa.
Y es que a muchas personas les gusta pasar horas a pleno sol, ya sea bronceándose, nadando o jugando en la playa. En todos esos casos, nosotros decidimos estar ahí, sin embargo, aunque en invierno estemos realizando nuestras actividades cotidianas, pasamos muchas horas bajo el sol, por lo que el protector solar es indispensable.
Esperar el colectivo es por ejemplo, una actividad habitual y en la que podemos pasar unos 15 minutos con los rayos del sol. Las luces led de las pantallas también son otra fuente de luz que se comprobó que afecta también a nuestra piel. Todos estos momentos que pasan desapercibidos para nosotros, tienen consecuencias si no se utiliza protección solar.
Si bien los rayos son más dañinos en verano, porque la incidencia de los rayos es mayor, en invierno también es necesario protegernos. Los dermatólogos aseguran que, sin protección solar, poco a poco se van produciendo daños irreversibles que se van sumando con el tiempo.
Si bien el bloqueador es el método más asociado con la protección del sol, en invierno estamos cubiertos por ropa y la zona que recibe los rayos del sol es mucho menor. Recordemos que en verano tenemos otros métodos de protección, como la ropa, las gorras o sombreros.
Entonces, si bien usamos más ropa, la cara y las manos siguen siendo las zonas que más daño reciben durante todo el año los rayos del sol, envejeciendo prematuramente, por lo que el bloqueador solar será nuestro aliado. Recordemos que el envejecimiento es un proceso natural de la piel, y el sol es uno de los factores que más influyen en ese proceso. También influyen los contaminantes ambientales, la dieta y el tabaco.
La mejor manera de prevenir problemas en la piel
Los profesionales de la piel aseguran que el protector solar es el mejor producto anti age. Además, explican que el bronceado es una manera natural que tiene la piel de protección. Cuanto mayor bronceado, mayor es el daño.
El pigmento que vemos al broncearnos es una reacción de la piel, cuya función es proteger el ADN de las células para que no tengan cambios malignos y así nos evite tener algún tipo de cáncer de piel.