Una de las acciones que aprendemos para proteger nuestra salud desde muy pequeños es el lavado de dientes. De esta manera se evita la proliferación de bacterias que pueden traer muchas enfermedades, además de aportar a que nuestra sonrisa tenga una buena apariencia.
Sin embargo, debido a la rutina diaria, a menudo surgen dudas acerca de cuál es el momento indicado para cepillarse los dientes, y mantener una buena salud bucal. En este sentido, hay muchos que lo hacen después de desayunar, mientras que otros, antes.
En primer lugar, es necesario aclarar que existen dos tipos de manchas que pueden presentarse en nuestros dientes: las intrínsecas y las extrínsecas. Tal y como lo expresa su nombre, esta clasificación se debe al lugar en el que se alojan.
En el caso de las intrínsecas, son aquellas que están en la capa inferior del esmalte dental. Éstas pueden ser congénitas, pero también pueden adquirirse debido a diferentes situaciones que suceden en la vida, como por ejemplo algún tipo de traumatismo.
Por otro lado, las manchas extrínsecas son las que quedan sobre la superficie del diente y que son generadas por los alimentos y bebidas como el café, algunos tipos de té, el vino tinto, y el mate, que suele acompañar durante todas las jornadas a estudiantes y trabajadores.
Teniendo en cuenta esto, lo importante no es el momento del día en el que se realiza el cepillado, sino más bien que nos permita mantener nuestros dientes libres de placa, ya que son estas bacterias las que absorben los pigmentos de los alimentos, y son también las que podrían traer complicaciones a nuestra salud.
La influencia cultural
En las diferentes culturas del mundo existen distintas tendencias en cuanto a la cantidad de veces que debemos cepillarnos los dientes para tener una buena salud bucal. Sin embargo, todos coinciden en que es recomendable hacerlo al menos dos veces al día.
Contrariamente a lo que muchos suponen, un buen cepillado se realiza de forma suave, abarcando el límite entre las encías y los dientes, con pequeños movimientos circulares. En este punto es necesario emplear la intensidad necesaria para no dañar las encías.