Tamara Pettinato es posiblemente la nueva estrella más escandalosa del presente nacional, tal vez sin quererlo ni buscarlo. Fue sindicada como uno de los amoríos de Alberto Fernández y sus videos dentro de la Casa Rosada causaron toda clase de enojos y rechazos.
Tamara Pettinato es por estas horas una incógnita con respecto a su futuro laboral en los medios, sin embargo, estaría aprovechando el tiempo que tiene como si lo que sucedió no hubiera acontecido y nadie se hubiera enterado de sus andanzas con el expresidente.
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No sorprende que la famosa haya limitado los comentarios en cada una de sus redes sociales, ya que recibía constante hostigamiento por parte de cientos de miles de personas a causa de sus actividades románticas en el recinto presidencial.
Ahora, hizo uso de su cuenta de Instagram para postear una foto de ella, sus hermanos, Homero y Felipe, además de su pareja, José Glinski. Esto fue tomado, lisa y llanamente como una burla a la sociedad argentina, ya que nunca se disculpó por lo sucedido en la Casa Rosada.
De hecho, Ángel de Brito mencionó que Jonatan Viale habría tenido acceso a registros fílmicos en los que la periodista estaba en actitud más que comprometedora con el exmandatario. De esta manera, su imagen no solo ha caído en desventura, sino que muchos toman su comportamiento como incitación al enojo popular.
Sin ir más lejos, la famosa manifestó que demandaría a todos los portales de información que difunda “noticias falsas” sobre su persona. Una situación que llama la atención, pues es lisa y llanamente una afrenta para la libertad de expresión en la democracia argentina.
Las teorías
Desde que se conocieron los registros de Tamara Pettinato con el expresidente Alberto Fernández, muchos se preguntaron el rol de su pareja, José Glinski. Se dice que el diputado no habría querido romper su vínculo con ella, debió a que tenía pleno conocimiento de lo que hacía.
Las primeras palabras del funcionario sorprendieron al mencionar que estaría acompañándola, pero también se conoció una foto en la que están sonrientes como si no hubiera sucedido el escándalo. Esto hace suponer que sabía lo que su pareja hacía y no tomar represalias para alejarse de ella, aun a costa de que su imagen caiga, es una prueba de ello.