Estefanía Pasquini, nutricionista y esposa de Alberto Cormillot, sabe que perder peso es un objetivo que muchas personas se proponen, ya sea por motivos de salud, estética o bienestar. Sin embargo, no siempre es fácil lograrlo, y menos aún mantenerlo.
Estefanía Pasquini asegura que las personas que consiguen adelgazar unos kilos se perciben insatisfechas con los resultados o se frustran al ver que recuperan el peso perdido. ¿Por qué ocurre esto? ¿Qué se puede hacer para evitarlo? ¿Por qué el lunes es el peor día para plantearse metas?
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Una de las posibles causas de la inconformidad de algunas personas a la hora de perder peso es tener unas expectativas poco realistas o demasiado altas. A veces, se piensa que al mermar de peso se solucionarán todos los problemas, o que se alcanzará un ideal de belleza inalcanzable.
Sin embargo, la realidad es que perder peso no garantiza la felicidad, ni tampoco implica que se vaya a gustar a todo el mundo. Además, cada persona tiene un tipo de contextura diferente, y no siempre se puede conseguir el “modelo” que se anhela. Pasquini insiste que cada uno debe aceptarse tal cual es.
Por eso, es importante tener unos objetivos claros, razonables y personalizados, y no compararse con los demás. Otra posible causa de la inconformidad de algunas personas a la hora de perder peso es seguir métodos poco saludables o ineficaces. A veces, se recurre a dietas extremas, productos milagrosos o ejercicios excesivos, que pueden colocar en riesgo la salud y generar el efecto rebote.
Estos métodos no sólo no ayudan a perder peso de forma sostenible, sino que también pueden generar ansiedad, estrés, culpa o poca autoestima. Por eso, es importante seguir un plan de alimentación equilibrado, variado y adaptado a las necesidades de cada uno, y combinarlo con una actividad física moderada y regular, que sea divertida y placentera.
Claves
Estefania Pasquini dice que la clave para evitar la inconformidad de algunas personas a la hora de perder peso es cambiar la mentalidad y el enfoque. En lugar de ver el peso como un número o una medida, hay que verlo como un indicador de salud y bienestar.
En lugar de obsesionarse con la balanza o el espejo, hay que prestar atención a las sensaciones, las emociones y la calidad de vida. En lugar de castigarse o rendirse, hay que premiarse o motivarse. En definitiva, hay que valorar el proceso y el esfuerzo, y no solo el resultado. Perder peso no es un fin, sino un medio para mejorar la salud, la autoestima y la felicidad.