Jueves 25 de Abril 2024
PIEL

Piel: hábitos preventivos para evitar el envejecimiento prematuro

Piel: tips para evitar el envejecimiento.

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La piel sufre algunos cambios a través de los años, siendo los más visibles la perdida de la elasticidad y el brillo natural. Esto, es parte natural del proceso que atraviesa el organismo, aunque, hay factores que pueden acelerarlo, generando el envejecimiento prematuro.

La piel, sobre todo la del rostro, deja ver sus primeros cambios cuando se atraviesan los 30 años. En esta etapa, las señales de envejecimiento comienzan a notarse y las mismas se manifiestan con la aparición de las primeras arrugas, líneas de expresión y hasta suelen aparecer algunas manchas.

Si bien estos cambios que se generan en la piel son parte del proceso natural del organismo, hay ciertos cuidado que se pueden incorporar a la rutina de belleza diaria, los cuales ayudarán frenar las señales de envejecimiento.

Las primeras manifestaciones del envejecimiento se pueden identificar cuando aparecen manchas, arrugas, líneas finas, resequedad, cambios en la textura, flacidez y, aunque es lo menos frecuente, también pueden darse brotes de acné.

Para evitar estas alteraciones en la piel, es necesario incorporar hábitos preventivos a una edad temprana (25 años aproximadamente). Esto consiste en realizar rutinas de belleza específicas, teniendo en cuenta las necesidades.

Recuerda que, la rutina de belleza para el cuidado de la piel debe incluir los 3 pasos diarios fundamentales: limpieza, hidratación y protección. A esto, se le debe sumar la exfoliación, el cual representa el cuarto paso de la rutina, pero, a diferencia de los otros, este se realiza con una vez al mes o cada 15 días.

Cuidados complementarios

Además de incluir una rutina de belleza diaria para evitar el envejecimiento prematuro de la piel, también es necesario incluir otros cuidados como la alimentación saludable y la realización de actividades físicas.

En cuanto a la alimentación, esta deber ser variada e incluir todos los nutrientes, minerales y proteínas que el organismo necesita para funcionar de manera adecuada, mientras que la actividad física, permite la eliminación de grasas y toxinas, fortalece los músculos y las articulaciones y libera las cargas de estrés.