Un condimento es un ingrediente o mezcla de ingredientes que se usa para dar buen sabor a la comida. Estos pueden ser secos, como las especias, o líquidos, como las salsas. Prácticamente todos ocupan dos o tres condimentos por cada comida.
Algunos ejemplos de condimentos son la sal, la pimienta, el orégano, el kétchup, la mostaza y la salsa de soja. Los condimentos pueden tener propiedades medicinales, antioxidantes y antiinflamatorias, pero también pueden causar efectos secundarios si se ingieren en exceso.
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El orégano por ejemplo es una hierba aromática muy utilizada en la gastronomía, especialmente en nuestra cocina. Además de dar sabor a los platos, el orégano tiene propiedades medicinales, como ser antibacteriano, antioxidante, antiinflamatorio y digestivo.
Sin embargo, como todo en exceso, la ingesta de orégano puede tener efectos secundarios indeseados que conviene conocer y evitar. Según algunos estudios, el orégano contiene compuestos que pueden estimular el útero y causar contracciones, lo que puede aumentar el riesgo a perder un bebé o parto prematuro en las damas embarazadas.
Por esta razón, se recomienda evitar la ingesta de orégano en grandes cantidades durante el embarazo, así como el uso de aceite de orégano, que es más concentrado. Otro efecto secundario del orégano es que puede interferir con la coagulación del plasma, debido a que contiene vitamina K, que es un anticoagulante natural.
Asimismo, el orégano puede causar reacciones alérgicas en algunas personas, especialmente si son sensibles a otras plantas de la familia de las lamiáceas, como la albahaca, la lavanda, la menta o el tomillo. Los síntomas de la alergia al orégano pueden incluir picazón, inflamación, erupciones cutáneas o dificultad para respirar.
Atención
Si se presentan estos signos se debe suspender la ingesta de este condimento y buscar atención médica. Por último, el orégano puede generar problemas digestivos, como malestar estomacal, náuseas, vómitos o diarrea, si se ingiere en exceso o si se tiene el estómago sensible.
Esto se debe a que el orégano tiene un efecto irritante sobre la mucosa gástrica, que puede agravarse si se combina con alimentos picantes o ácidos. Para evitar estos trastornos, se recomienda ingerir el orégano con moderación y acompañado de alimentos que protegen el estómago, como el yogur o el pan.