El café es una de las bebidas más populares e ingeridas en el mundo, debido a su sabor, aroma y efecto estimulante. Sin embargo, el café también contiene cafeína, una sustancia que puede tener efectos positivos y negativos sobre la salud, dependiendo de la cantidad y la frecuencia de su ingesta.
La cafeína es un compuesto psicoactivo que actúa sobre el sistema nervioso central, aumentando el estado de alerta, la concentración, el rendimiento físico y mental, y reduciendo la sensación de fatiga. Sin embargo, la cafeína también puede generar efectos adversos, como ansiedad, nerviosismo, insomnio, irritabilidad, temblores, taquicardia, aumento de la presión arterial, acidez, diuresis y dependencia.
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Por estas razones, algunas personas deciden reducir o eliminar la ingesta de café, ya sea por prescripción médica, por motivos personales o por simple curiosidad. Al hacerlo, pueden experimentar algunos cambios en su organismo, tanto a corto como a prolongado plazo.
El síndrome de abstinencia suele perdurar entre unos días y unas semanas, dependiendo de la cantidad y el tiempo de ingesta previo de café.
Al dejar de ingerir café, el organismo puede reaccionar con síntomas de abstinencia, como dolor de cabeza, cansancio, somnolencia, falta de concentración, depresión y ansiedad. Estos síntomas se deben a que el cerebro se ha acostumbrado a la presencia de cafeína, y al dejar de recibir este estímulo, se produce un desequilibrio en los neurotransmisores.
Al reducir o eliminar la ingesta de café, se puede mejorar la calidad y la cantidad del sueño, ya que la cafeína interfiere con el ciclo circadiano, que regula los ritmos biológicos del organismo. La cafeína retrasa la liberación de melatonina, la hormona que induce el sueño, y acorta la duración de las fases de sueño profundo, que son las más reparadoras.
Al dormir mejor, se favorece la salud física y mental, se mejora el estado de ánimo, la memoria y el aprendizaje, y se reduce el riesgo de padecer enfermedades como la obesidad, la diabetes o las cardiovasculares. Al reducir o eliminar la ingesta de café, también se puede regular la presión arterial.
Protección del estómago
Abandonar el hábito del café también puede proteger el estómago, ya que el café estimula la secreción de ácido gástrico, que puede causar irritación, inflamación y úlceras en la mucosa estomacal. Además, el café relaja el esfínter esofágico inferior, que es el músculo que impide el reflujo del ácido gástrico hacia el esófago, generando acidez, ardor y dolor.
Al dejar de ingerir café, se reduce la producción de ácido gástrico y se evita el reflujo, lo que mejora la digestión y la salud gastrointestinal. En conclusión, reducir o eliminar la ingesta de café puede tener efectos beneficiosos para el organismo, siempre que se haga de forma gradual y controlada, para evitar el síndrome de abstinencia.