El paso de Abel Pintos por los estudios de “PH, Podemos Hablar” todavía sigue generando repercusiones, y no es para menos, ya que el artista realizó confesiones insólitas sobre su vida personal y profesional.
Además de hacer un recorrido por su carrera artística y luego emocionar a todos con el momento de reflexión que se dio en el programa, Abel Pintos dio algunos datos sobre su niñez, que eran completamente desconocidos.
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Andy Kusnetzoff motivó al cantante para que hable de esta etapa tan especial de su vida, consultándole a él y a todos los presentes, sobre aquellas cosas que no llegaron a realizar o que estudiaron, pero en el presente no lo ejercen.
Si bien Abel aclaró que lo suyo no se trataba de un estudio, reconoció que cuando era muy joven, apenas con unos 12 años, trabajaba en un local de Bahía Blanca en el cual funcionaba una carnicería, almacén y verdulería.
“Tenía 12 años y daba una mano porque iba a veranear a la casa de una familia amiga. Yo veía el respeto que le tenía la gente del barrio a Pocho, el carnicero, y decía: “Yo quiero estar ahí, yo quiero que me respeten así”. Un día, él me dijo que eso se debía a que la gente sabía que él cuidaba la comida que llevaban a su mesa y les costaba mucho ganar", expresó Abel.
"Yo quiero estar ahí, quiero que me respeten así".
“Principalmente por la confianza, por generar un vínculo de confianza. Lo aprendí de muchas maneras, pero de esa también me llegó”. Aquella imagen de seguridad y confianza fue una de las mayores inspiraciones que tuvo Abel en su carrera, quien no llegó a cumplir el sueño de atender una carnicería, pero, supo absorber todas las enseñanzas que obtuvo en aquel añorado lugar que transitaba cuando era un niño.
Emocionado y agradecido
El lunes 18 de septiembre, Abel Pintos brindó un concierto exclusivo en el Teatro Colón, donde se llevó a cabo la gala a beneficio de la Fundación Fleni, una institución dedicada a la salud y la investigación.
El reconocido artista se dejó ver muy comprometido con esta causa, por lo que no dudo en sumarse a esta noche mágica en la que compartió escenario con la Orquesta Sinfónica, Jairo y Marcela Morelo.