El paso de Luis Miguel por Argentina causó una repercusión como nunca había tenido, especialmente, por los grandes rumores de que no había sido él quien llevó adelante las performances arriba del escenario, sino varios “dobles” que tiene.
Muchas estrellas del ámbito nacional especularon si realmente era Luis Miguel quien se presentó en el país en su más reciente gira por estos lares. Sin embargo, volvió a ser noticia, pero por un asunto estrictamente diferente y que raya lo espectacular.
Te podría interesar
Luego de su paso por el cono sur americano, el cantante volverá a presentarse en el país, pero ya cosecha grandes críticas, pues no llevará adelante shows multitudinarios, sino citas más acotadas de espectadores en una cena show de la que ya se habla.
No es noticia que el famoso lleve adelante espectáculos de dimensiones pequeñas y para una clientela mucho más reducida, pero lo que realmente llama la atención son los precios que se manejan para la velada en la que el sol de México cantará sus mayores éxitos.
Se supo que un lugar en la cena show tendrá un costo base de 770.000 pesos argentinos hasta los 1.100.000 pesos. Claramente, y como no podía ser de otra forma, las redes sociales no dejaron pasar su sorpresa por esos montos millonarios, catalogándolos de "locura".
"Locura".
Una oleada de memes inundó todas y cada una de las cuentas de usuarios que, negativamente sorprendidos, no pudieron ocular su asombro. Está claro, que el espectáculo tendrá la presencia de mega estrellas del ambiente artístico y empresarial, más que gente común y trabajadora.
Las dudas
Con la última participación de Luis Miguel en el país, se comenzaron a rumorar gran cantidad de comentarios que daban por sentado que quien cantaba en el escenario no era él. Fue Luis Ventura quien atinó a mencionar que el cantante había dejado su espacio para sus “dobles”.
Las dudas surgieron a raíz del nuevo y casi “desmejorado” aspecto del sol de México en el que se lo ve visiblemente mucho más delgado que de costumbre. Por otro lado, también se sumó el hecho de que casi nunca habla en sus recitales y que como termina de cantar abandona el escenario sin mediar palabra alguna.