Sábado 4 de Mayo 2024
ANDREA TOBOADA

El pasado oscuro de Andrea Taboada: “Me costó un montón”

La palabra de Andrea Taboada

Escrito en ENTRETENIMIENTO el

En una entrevista con Infobae, Andrea Taboada, quien dejó a Angel de Brito por Mariana Fabbiani, contó, entre otras cosas, que ver el vínculo que tenían su papá y su mamá es una de las cosas que más le impactó ver, aceptar y comprender en la vida.

“Fuimos una familia disfuncional básicamente, donde yo vi muchas peleas. Bueno, no solamente yo, mis hermanas también. Muchas peleas entre mis padres. Y entonces, era difícil. Y a mí me costó un montón”, comenzó diciendo Andrea Taboada.

“Y hasta que después hice psicoanálisis, todo perfecto. Pero lo que te decía que lo que trabajo con biodeco y con la neurolingüística es tal vez apartarme un cachito y ver que yo actúo de la misma manera o siento el mandato por ahí de la madre, del padre, en otras publicaciones, o por ahí con amigos o amigas o familiares”, agregó.

Entonces es correrse un poquito, porque no va a pasar algo, no es sentirse culpable. O sea, vos, Mariana, estás acostumbrada a verme y actuar de una manera. Pero si yo el día de mañana me corro un cachito de ese lugar y puedo ser de otra manera o descubrí que puedo ser de otra manera”, destacó.

“Por ejemplo, en mi caso, por ahí no tan sumisa, no significa que yo sea belicosa pero puedo poner límites. Y eso tiene que ver con mi historia, ser la chiquitita, la que veía todo eso y que me tenían como que esconderme, hasta te diría debajo de un escritorio. Entonces eso uno lo ve”, admitió Andrea.

Taboada aseguro que cuando era niña no se daba cuenta de las cosas y que después comenzó a sentir un fuerte rechazo para con su madre. “Cuando uno empieza a crecer lo primero que me pasó a mí fue el rechazo. El rechazo a mi mamá”, dijo.

Rechazo

“Ver a mi mamá en un estado. Después ella tuvo un período de mucha depresión. Pero fue una persona que me enseñó un montón, sin buscarlo, el amor por la música, por la literatura, por la ópera. Ella me ponía ópera, Radio Nacional, y yo, chiquita, me sentaba al lado de ella, mientras cosía como los dioses”, reconoció Andrea Taboada.

“Pero también veía lo otro, lo feo. El golpe, la agresión. Y eso era tremendo. Y después empecé por el rechazo. Es como inevitable. Al menos me pasó a mí. Y después uno se va amigando con eso, o trata de amigarse con eso, y vas creciendo. Y después te das cuenta que repetís cosas. Y esa nena chiquitita, toda miedosa, va creciendo hasta que después te das cuenta de que te tenías que correr de uno de esos lugares. Con el tiempo aprendí. Y sobre todo en esta terapia que estoy haciendo”, completó.