En una nota con Infobae, Silvina Escudero recordó cómo fue su propuesta de casamiento, algo que esperó por mucho tiempo. “Soñada. Muy romántica. Yo me fui a Europa a ver a una de mis mejores amigas. Nos fuimos unos días a París y después a su casa en Mallorca, en Palma”, dijo.
“Fuimos a almorzar y ese día me dijo: Reservé en tal parador, te va a encantar, vista al Mediterráneo, todo. Veníte linda. Pintáte de rojo así te hago fotos con el atardecer. Rarísimo el planteo de mi amiga. Llegamos y se va al baño”, contextualiza Silvina Escudero.
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“Me senté en la mesa reservada haciendo mi historia, siempre estoy generando contenido para Instagram, y cae Federico en cuadro. Federico, que estaba en Buenos Aires, en la casa. Cae con un papel y una cajita y se sienta. Me dice un par de cosas”, agregó la bailarina.
“A mí se me llenaron los ojos de lágrimas y se (coloca) de rodillas y me dice: “¿Te querés casar conmigo?”. Yo estaba sin poder moverme. Y cuando me (coloca) el anillo y nos damos un pico todo el parador aplaudiendo”, recordó la morocha sin dejar de emocionarse.
A su vez, Silvina aseguró que no todo es color de rosa y que existen momentos en que su marido tiene ganas de echarla de casa. “Soy infumable con el orden y con las historias de Instagram. Ahí me quiere echar: Ya grabaste siete veces, ¿cuánto más querés grabar?”, repasó.
En otra línea, la joven mencionó como vive sus días. “Me aferro a la realidad de hoy, a valorar y a no perder el tiempo. Tengo esta sensación de que pasa muy rápido y de que quiero hacer muchas cosas y no me alcanza el tiempo. Salidas con mis amigos y ver a mi hermana”, enfatizó.
Muchas cosas por hacer
“Mi hermana está viviendo en otro país y pierdo todo el crecimiento de mis sobrinos. Quiero vivir mucho y siento que hay tanto por hacer y que no alcanza el tiempo. Viví toda mi vida trabajando, le dediqué con amor y con gusto mi vida a mi trabajo, y llegó un momento cuando lo conocí a Fede que dije: Para formar una pareja en serio tengo que dedicar tiempo. Ahí repartí de vuelta”, cuestionó.
Sobre lograr conectar, Silvina Escudero mencionó: “Nos cuesta un montón. A Fede también le cuesta un montón. Hace unos años empecé a repartir mis prioridades diferentes, pero me cuesta. Mis animales me dan esa paz y me traen al piso”.