En el estudio de “Noche al Dente”, ciclo que conduce Fer Dente por la señal de América, Soledad Silveyra contó los detalles de su accidente y de cómo tuvo que adaptar la obra de teatro que lleva adelante en Paseo La Plaza, “Pasta de estrellas”, en donde tuvo que actuar sobre una silla de ruedas.
“Resulta que estaba en Tandil, el día de la Bandera porque nacía una sobrina nieta, Felicitas. Entonces fui al acto de la Bandera que quedaba arriba del cerro y una amiga mía para que no (descienda) caminando desde allá arriba, subió con su auto a buscarme”, contó Soledad Silveyra sobre el día del accidente.
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“Ya con la puerta sin cerrar, me senté y dejé una pierna afuera, pero ella no se dio cuenta y convencida de que yo había subido arrancó el auto. Levantó la palanca de cambio, porque era un vehículo de caja automática, y mi pie quedó atascado en una piedra tandilense”, remarcó la actriz.
De esta manera, la exconductora de “Gran Hermano” aclaró porque sigue utilizando una silla de ruedas para desplazarse. “No voy a parar de hacer la función”, mencionó Solita, descartando la idea de suspender las funciones hasta que pueda caminar o por lo pronto moverse por sus propios medios.
Promediando la entrevista, luego de confesar que en su niñez fue muy “mal criada”, la invitada mencionó como su vida dio un giro de 180 grados. “De repente falleció el segundo marido de mi mamá y perdimos todo. Entonces a esa edad, dije: tengo que hacer algo”, recuerda.
“Un día vino Zelmar Gueñol, que fue mi padrino artístico, y yo me encerraba con mi hermano en el baño a quien le llevaba 9 años y que también perdí, para esconderme. Pero un día Zelmar me escuchó y me preguntó si quería ser actriz. Hace 50 años ser actriz no era tan común”, confesó.
Buen comienzo
“Me llevó a una prueba y la pasé, aunque yo no quería, le dije que solo quería ganar plata”, recuerda Soledad Silveyra sobre sus primeros pasos en el mundo de la actuación. “Ahí empecé a trabajar y cuando estaba en tercer año del secundario hice la película Un muchacho como yo, con Palito Ortega, a los 15 años”, agregó.
“Siempre me acuerdo que él me regaló un ramo de rosas que no voy a olvidar en mi vida. Ya a los 16 llegó Sandro. A mí me gustaban Los Beatles, Banana Pueyrredón, Almendra, pero no se me daba escuchar a Sandro. Sandro fue un excelente compañero, lo amé”, reconoció.