Fernando Dente, el nuevo conductor de América TV, sorprendió a todos con la simpleza, profesionalismo y compromiso con la que se presenta todas las noches a conducir su programa, que tiene un “toque” de humor, música y vicisitudes que aportan los invitados.
Fernando Dente asegura estar “desbordado” con todo lo que le está sucediendo. “Es como que todos los días no es una función nueva, es una obra nueva. Hay programas en los que tengo más de un invitado, y hay un equipo de trabajo que es de primera línea, que tiene la enorme humildad y generosidad de hacerme parte”, dijo.
Pero no todo es color de rosa en el artista. “Hay un romanticismo de sostener que los artistas somos solitarios, no construimos familias, o vamos por este lado. Y yo crecí en ese mundo donde es raro tener una pareja sana, estar feliz”, opinó sobre la vida y la felicidad.
Sobre esta rareza instalada en su círculo, el conductor aseguró: “Bueno, no sé si raro, pero es como que te miran como si estuvieras mintiendo. Te estás mintiendo. No podés dedicarte a esto. Yo entiendo la felicidad de otra manera también”.
“Estoy aprendiendo a (hallar) la felicidad ahondando también en lo oscuro, en las miserias, en los dolores, en las penas. Creo que de eso aprendo mucho. Y justamente tener esos espacios en mi vida, esos espacios con mi novio, esos espacios donde me alejo del trabajo, son los que me permiten ahondar en esos lugares”, agregó.
Sobre los momentos hondos y oscuros, Fer dijo cuál lo marcó más. “Creo que, primero tengo mucha resistencia a ir para abajo. No porque esté arriba todo el tiempo, cero, pero me duele mucho estar triste. Sé que suena muy dramático esto, pero me pasaron tantas cosas de tan chico”, mencionó.
Un archivo de malos momentos
“Tengo una carpeta en la computadora del corazón de los dolores, en la que siempre me dio miedo entrar, y que empiece el efecto dominó. Como de unir infancia, pérdida de madre, pérdida de padre. Entonces siempre que estoy ahí, como que voy medio agarrado, como bajando la escalera desde la baranda”, contó el artista.
“Me da miedo llegar al fondo y ver qué pasa ahí, qué hay ahí. Entonces a la distancia sí puedo ver que hubo un momento que fue de mucho dolor, cuando falleció mi papá. Que mi mamá ya había fallecido hacía unos tres años, una cosa así. Y cuando falleció papá fue la primera vez que note la orfandad”, completó Fernando Dente.