En un mano a mano con Infobae, Sofía Zámolo habló, además de cómo nació su carrera de modelo, cómo fue atravesar uno de los momentos más delicados y penosos de su vida: el fallecimiento de su hermano Federico, quien perdió la vida en un accidente vehicular.
Sofía Zámolo se respalda en su memoria, que mantiene intacto los diálogos de aquel inicio del fin para la familia, que solo le quedaba asumir la realidad, y recuerda cómo fue afrontar la pérdida de su hermano, quien ocupaba el rol de hombre de la casa, cuando ella tenía tan solo 8 años.
El primer día triste de los Zámolo, familia que llegó exiliada de Alemania, sucedió una tarde de verano de 1991. “Mamá llegó un día, me sentó para charlar y abrazándome me dijo: Fede se fue al cielo y no va a volver más”, comenzó diciendo la modelo sobre cómo se anoticio del fallecimiento.
“Yo tenía ocho años, jugaba con muñecas y de repente debía despedir a un hermano. No entendía: ni que ya no lo vería, ni que un chico así podía irse para siempre ¡Los viejitos fallecen!”, relata Sofía al recordar al hermano mellizo de Diego, quien fue embestido por un auto a la edad de 16 años.
“Además de muy buen mozo, era un chico bien plantado. Muy bien armado, seguro de sí mismo. Claro, cuando mis padres se separan, Fede pasó a ser el hombre de la casa. En realidad, los dos, (por Diego) pero a él le sobraba actitud y rebeldía para defender, discutir aquello que fuese, llegado el caso”, repasa la modelo.
Sofia recuerda a su hermano “alegre como pocos” y “de corazón grande”, como el de su madre. “Él es el responsable de mi pasión por el rock de los 80 y del fanatismo que tengo aún hoy por Guns N Roses. Él me hacía escuchar cada uno de los temas mientras me explicaba las letras”, agregó.
El peor de los recuerdos
“Yo era demasiado chiquita para que me involucrasen. Ni siquiera sé si hubo algún tipo de resolución judicial”, cuenta Sofía Zámolo sobre el accidente. “La noticia había conmocionado a una comunidad que, por entonces, era más pequeña y en la que nos conocíamos muy bien”, repasa.
“A raíz del fallecimiento de Fede, papá entró en una interminable depresión que le costó años poder revertir”, mencionó la modelo y agregó: “Él le había regalado la moto a mi hermano cuando cumplió 16. Y jamás logró perdonarse a sí mismo por eso. Al inconmensurable dolor de perder a un hijo se sumaba la culpa. Y lo destruyó”.