El higo, típico del noroeste argentino y otras regiones, es una fruta muy versátil, que se puede ingerir fresca, seca, en mermeladas, en ensaladas, en postres o en platos salados. Además, tiene un sabor dulce y una textura suave que lo hacen muy agradable al paladar.
El higo es una fruta que se puede aprovecha todo el año, ya que se adapta a las diferentes estaciones y climas. Es una fruta que merece ser conocida y valorada por sus múltiples beneficios y propiedades. Muchas veces nos topamos con el árbol frutal, sin darnos cuenta.
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El higo es rico en fibra, lo que ayuda a mejorar el tránsito intestinal y prevenir el estreñimiento. Contiene antioxidantes, como los flavonoides y los fenoles, que protegen las células del daño causado por los radicales libres.
Aporta vitaminas, como la A, la C, la E y el ácido fólico, y minerales, como el potasio, el calcio, el magnesio y el hierro.
Tiene propiedades antiinflamatorias, antialérgicas y antibacterianas, que pueden ayudar a combatir diversas enfermedades e infecciones. Es un alimento energético, que aporta calorías y azúcares naturales, ideales para deportistas y personas con actividad física intensa.
La mejor época para comer higos es cuando están en temporada, es decir, en los meses más calurosos del año. La temporada se expande desde julio a finales de septiembre, ya que es cuando los frutos crecen más maduros, más tiernos y más sabrosos.
El otoño es también una buena época para aprovechar de los higos, ya que se pueden encontrar variedades diferentes y preparar recetas saludables con ellos. Sin embargo, si quieres ingerir higos naturales y frescos, lo ideal es hacerlo en verano, cuando están en su punto óptimo de maduración.
Maduración
Para saber si los higos están maduros, hay que fijarse en algunos aspectos de su apariencia y textura. Los higos maduros tienen una punta estrecha y prieta, que indica que están en su punto óptimo de madurez. Los maduros tienen una piel con rayas, imperfecciones o roturas, que muestran que han desarrollado su sabor dulce.
Evita los higos con una piel lisa y perfecta, que suelen estar verdes o secos. Los higos maduros tienen un “ojo” húmedo, que es la parte opuesta a la punta. El ojo debe estar ligeramente mojado, pero no chorreando, lo que indicaría que la fruta está fermentando o pasada.