En un mano a mano con el diario Clarín, Soledad Pastorutti repasó parte de su trayectoria en la música, su rol como madre y su presente. Sin vueltas, la artista mencionó en qué etapa de su vida está. “Estoy es una hermosa etapa”, comenzó diciendo.
Soledad Pastorurtti, sin dejar de lado la familia que formó, agregó: “Tengo dos hijas preadolescentes, Regina (12) y Antonia (10), con todos los desafíos que eso trae. Me siento joven, vital, experimentada, me relajé un poco y aprendí a reírme de mí”.
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Al mismo tiempo, la santafesina no dudó en mencionar cuándo sucedió su último gran cambio. “Después, en cuanto al paso del tiempo, el gran cambio fue a los 40. Creía que se me terminaba el mundo”, dijo apuntando que esa edad la cumplió en medio de aislamiento preventivo por el COVID.
“Y en lo profesional, (percibía) que, en el folclore, siendo una (joven), había hecho una revolución muy grande, un aporte muy grande, pero no el que hubiese elegido hacer”, se cuestionó. Sí, Sole asegura que hubiera preferido otro camino musical.
Y sobre cual hubiera sido el camino conveniente para ella, de inmediato mencionó: “El que estoy haciendo ahora con mi nuevo disco, Natural, con canciones nuevas. Es mi disco de estudio número 19. Pienso que es posible reinventarse, tener nuevos objetivos y desafíos, pero a veces es difícil”.
Soledad Pastorutti: “En esta sociedad parece que a cierta edad uno queda afuera. Y a mí me gusta buscarle solución”.
“Un amigo me recomendó llamar a Nico Cotton, que es un productor que no viene del folclore. Armamos un equipo de trabajo con el Chango Spasiuk, Colo Vasconcellos, Raly Barrionuevo, más mis músicos, toda gente muy respetada en la música de raíz, y empezaron a salir canciones”, recordó.
El camino correcto
“Hicimos un disco hermoso, moderno pero muy de tierra adentro, con colores en lo instrumental y lo regional. Se sumó Leo Sujatovich con las cuerdas y a Nico Sedano, que hace las visuales de Sony, le resultó que esto era muy natural, por eso el nombre”, resalta Soledad Pastorutti sobre su disco “Natural”.
“Hoy creo que hice el aporte que pude a esa edad, y fue un montón. Pero el haber sostenido mi carrera tantos años me hizo emprender una búsqueda. Antes, si eras folclorista parecía que no podías vestirte con otra cosa que no fueran pilchas gauchas, ni hacer otra cosa que cantar folclore y presentarse en festivales folclóricos. Yo fui rompiendo un montón de barreras”, completó.