Martes 30 de Abril 2024
HAMBRE

Reglas de oro para controlar el hambre por ansiedad y otras emociones

Cómo evitar comer emocionalmente.

Escrito en ENTRETENIMIENTO el

Para evitar el comer emocional, es importante identificar y modificar los factores que nos llevan a comer por razones distintas al hambre física. Algunas estrategias que pueden ayudarnos son: Aprender a diferenciar el hambre física del hambre emocional.

Es importante prestar atención a las señales que nos envía nuestro organismo y a las emociones que experimentamos. El hambre física suele ser gradual, se siente en el estómago, se puede satisfacer con cualquier alimento y no genera culpa.

En cambio, el hambre emocional suele ser repentina, se percibe, se antoja un alimento específico y genera culpa. Otra estrategia es desarrollar habilidades para manejar y expresar las emociones de forma saludable, sin recurrir a la comida como vía de escape.

 

Comer es una necesidad, pero también un placer, que debemos disfrutar con moderación, responsabilidad y salud.

Para ello, se puede recurrir a técnicas de relajación, respiración, meditación, terapia cognitivo conductual, que nos ayuden a reducir el estrés, la ansiedad, la tristeza o el aburrimiento, y a aumentar la autoestima, la confianza, la alegría o el optimismo.

Buscar alternativas saludables a la comida para regular nuestras emociones, como realizar actividades que nos gusten, nos diviertan, nos relaja o nos motiven, como leer, escuchar música, hacer deporte, pintar, escribir, bailar, jugar, entre otras tantas cosas.

También se puede recurrir al apoyo de familiares, amigos, profesionales o grupos de ayuda, que nos escuchen, nos comprendan, nos aconsejen o nos acompañen. Seguir una alimentación equilibrada, variada y de calidad, que cubra nuestras necesidades nutricionales, nos aporte energía y nos haga percibir bien.

Entender todo desde un principio

Para ello, se recomienda planificar las comidas con antelación, elegir alimentos frescos, naturales y de temporada, evitar los alimentos procesados, fritos, azucarados o salados, comer despacio, masticando bien y aprovechando de cada bocado, y beber suficiente agua, evitando las bebidas alcohólicas, azucaradas, gaseosas o estimulantes.

Comer por aburrimiento y otras sensaciones es una conducta que puede afectar a nuestra salud y a nuestro bienestar, si se convierte en un hábito frecuente o compulsivo. Sin embargo, se puede prevenir y modificar, si somos conscientes de lo que nos ocurre, de lo que nos lleva a comer y de lo que podemos hacer para cambiarlo, además de identificar al hambre tal como es.