En una entrevista con Infobae, Fede Bal confesó qué se percibe ser hijo de Santiago y Carmen. “Es maravilloso con todos sus beneficios y los momentos donde hay que afrontarlo y (colocarle) el pecho. Nací en una familia de mucho drama”, manifestó el joven conductor.
Fede Bal aclaró: “Son artistas y pude entender de primera mano lo que es ser un actor, lo que es tener buenos y malos momentos, lo que es pasar bastante hambre y lo que es que te vaya bien y que no se te vuelen los patitos”. A su vez, contó porque eligió la misma profesión de sus padres.
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“Porque creo que estaba escrito. Algunos me dicen “Santiaguito” en el barrio, otros “Carmencito”; y a mí me da orgullo que me digan eso. Lo que ellos me dieron lo elijo una y mil veces”, respondió el joven sin vueltas, dejando en claro que el espectáculo pasa por sus venas.
En cuanto a su infancia mencionó: “Fue increíble. Tuve la mejor infancia del mundo. Lo que no fue normal es que todo pasaba en un estudio de tele o entre camarines del teatro de revistas y no era muy normal criar a un hijo entre (damas), plumas y bailarines”.
“Creo que tuve una gran escuela de ver a mis viejos todo el tiempo trabajar. Vivir en un estudio de tele me hizo amarla y (repudiarla) al mismo tiempo porque todo era hablar de cine, teatro y tele; y no había otro tema. Por momentos, yo quería hablar de otra cosa y ellos me decían: Es lo que somos. No podés quejarte de esto”, mencionó.
Promediando la entrevista, Fede mencionó cómo transitó la separación de sus padres. “La separación de mis viejos me dolió muchísimo. Yo era dentro de todo grande. Tenía 22 años, pero lo sufrí como un niño de 5. Se separan tus viejos y se te rompe el corazón”, explicó.
Momentos
Como no podía ser de otra manera, Fede Bal confesó cómo se enteró de la separación. “Por un mensaje de mi vieja. Me llama y me dice: (Hallé) un mail. Fui a la casa y estaba en un estado de mucha angustia. No me voy a olvidar más ese momento. Tuve que llevarla a una clínica porque le (mermó) la presión”, contó.
“Papá admitió que estaba mandándose mensajes con otra chica. Fue todo muy feo. Además, se supo lo que pasaba a los 10 minutos porque llegó Carmen Barbieri con una (crisis) de presión a una clínica y enseguida estaba toda la prensa en la puerta. Había fotógrafos, gente que pasaba y (tomaba) fotos. Fue todo muy extremo”, recordó.