El poroto, también llamados frijoles, judías, caraotas, habichuelas o alubias, son semillas comestibles que provienen de la planta Phaseolus vulgaris, originaria de América. Existen diferentes tipos y variedades de porotos, que se diferencian por su forma, color, tamaño y sabor.
El poroto se destaca por sus colores, los más conocidos son los oscuros, blancos, rojos, pintos y verdes. Todos son alimentos muy nutritivos, que aportan proteínas, hidratos de carbono, fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes. Entre sus beneficios para la salud, se pueden destacar los siguientes:
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Ayudan a prevenir y combatir las enfermedades cardiovasculares, ya que contienen fibra soluble que reduce el colesterol malo (LDL) y regula la presión arterial. También aportan potasio, un mineral que favorece el equilibrio de líquidos y la función muscular.
Mejoran la digestión y la salud intestinal, gracias a su contenido en fibra insoluble que facilita el tránsito y previene el estreñimiento. Además, los porotos tienen prebióticos, que son sustancias que alimentan a las bacterias beneficiosas del intestino y mejoran su flora.
Previenen y controlan la diabetes, ya que tienen un poco índice glucémico, es decir, que no elevan rápidamente el nivel de azúcar en plasma. Además, contienen ácido clorogénico, un antioxidante que mejora la sensibilidad a la insulina, la hormona que regula el metabolismo de la glucosa.
El poroto fortalece el sistema inmunológico y previenen el envejecimiento prematuro, debido a su riqueza en antioxidantes, como el betacaroteno, la antocianina, la vitamina C y el selenio. Estos compuestos protegen a las células del daño causado por los radicales libres y previenen enfermedades degenerativas y el cáncer.
Más beneficios
El poroto contribuyen a mantener un peso saludable, ya que son saciantes y evitan la ingesta excesiva de calorías. Además, tienen un efecto termogénico, es decir, que aumentan el gasto energético del organismo y favorecen la quema de grasas.
Protegen la salud ósea y muscular, ya que aportan calcio, magnesio, fósforo y hierro, minerales que participan en la formación y el mantenimiento de los huesos y los músculos. También contienen vitamina B6, que interviene en el metabolismo de las proteínas y los aminoácidos.