Sábado 27 de Abril 2024
SEMILLAS DE LINO

Las 10 propiedades desconocidas de las semillas de lino

Todo lo que debes saber sobre las semillas de lino.

Escrito en ENTRETENIMIENTO el

Las semillas de lino, también llamadas linaza, son los frutos de la planta Linum usitatissimum, que se cultiva desde hace miles de años por su fibra y su aceite. Estas semillas tienen un aspecto ovalado y brillante, y pueden ser de color marrón o dorado.

Las semillas de lino se pueden ingerir enteras, molidas o en forma de aceite, y se pueden añadir a ensaladas, yogures, batidos, panes, galletas y otros platos.  Como era de esperarse tienen varias propiedades nutricionales que las hacen destacar entre los demás alimentos.

Son ricas en ácidos grasos omega 3, que el organismo puede transformar en otros ácidos grasos esenciales como el eicosapentaenoico y el docosahexaenoico. Estos ácidos grasos tienen efectos beneficiosos para el corazón, el cerebro, la piel, las articulaciones y el sistema inmunitario.

Son una buena fuente de fibra, tanto soluble como insoluble, que ayuda a regular el tránsito intestinal, a prevenir el estreñimiento, a mejorar la digestión, a reducir el colesterol y el azúcar en plasma, y a aumentar la sensación de saciedad.

Aportan vitaminas y minerales, como la vitamina B1, que interviene en el metabolismo energético y en el funcionamiento del sistema nervioso, y el magnesio, el fósforo, el hierro, el calcio, el zinc y el selenio, que son importantes para la salud ósea, muscular, inmunológica y antioxidante.

Los beneficios de las semillas de lino para la salud son numerosos, siempre que se ingieran con moderación y dentro de una dieta equilibrada.  Protegen el corazón y los vasos sanguíneos, al reducir la presión arterial, el colesterol, los triglicéridos y la inflamación, y al mejorar la circulación y la función endotelial.

Más beneficios

La semilla de lino previenen y controlan la diabetes, al mejorar la sensibilidad a la insulina, la tolerancia a la glucosa y el control glucémico, y al evitar los picos de azúcar después de las comidas. Favorecen la pérdida de peso, al aumentar la saciedad, el gasto energético y la oxidación de las grasas, y al disminuir el apetito y la ingesta calórica.

Fortalecen el sistema inmunitario, al estimular la producción de anticuerpos, la actividad de las células defensivas y la respuesta antiinflamatoria, y al proteger contra las infecciones y las alergias. Mejoran la salud cerebral, al prevenir el deterioro cognitivo, el estrés oxidativo, la depresión y la ansiedad, y al favorecer el aprendizaje, la memoria, el humor y el sueño.