Wanda Nara sorprendió por completo a sus seguidores y a los espectadores en general cuando se dio a conocer que se hallaba internada en una clínica de la ciudad de Buenos Aires, tras descompensarse. Sin embargo, la peor noticia llegaría después de este susto.
Wanda Nara no confirmó desde un principio qué era realmente lo que estaba sucediendo, sino que fue Jorge Lanata el que se aventuró a contar la verdad sobre cuál era la enfermedad que la famosa padecía, pero lo hizo a un gran costo, pues fue muy repudiado por la actitud que tomó.
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Semanas después, la empresaria se animó a contarle a sus seguidores de las redes sociales que padecía de leucemia, confirmando así que, el periodista tenía razón. Ahora, en una entrevista para la televisión italiana, se animó a contar un poco sobre cómo vivió esos primeros días al enterarse de todo.
“Confío en mis médicos de Argentina que me siguen”.
“Si me coloco a pensar, creo que acepté estar en el Bailando para tener un poco la cabeza en otra cosa. Estoy tan ocupada bailando que, además, es algo hermoso porque siempre escucho música diferente”, comenzó contando Wanda, sobre el porqué de su participación en el “Bailando con las Estrellas”.
Además, agregó que sus médicos, los cuales son de Argentina, están muy al pendiente de ella y del tratamiento que está siguiendo: “Debo concentrarme, pensar en no lastimarme, no hacerle daño a mi bailarín o en no hacerme daño. Es terrible un moretón en la cara. Entonces no quiero pensar”.
"Siempre organizando toda la vida como si fuera mi último momento.".
Sin embargo, a la hora de contar sobre su mayor miedo, fue inevitable que las lágrimas comenzaran a brotar de la hermana de Zaira Nara, quien siempre ha confesado que sus hijos son su mayor debilidad y temor: “Cuando sos madre, el único miedo es que tenés que dejar solos a los niños”.
Quimioterapias
Wanda Nara aseguró que cada quimioterapia a lo que se sometió fue terrible, pues su miedo iba en aumento: “Una, dos, tres, cuatro y siempre lloraba, pero de una manera. Siempre organizando toda la vida como si fuera mi último momento. Organizando todo con mi mamá y mi hermana”.
“Yo le decía a Mauro, júrame esto, júrame lo otro. La última quimio fue arriesgada. La quinta vez dejé todo lo que tenían que hacer mis hijos hasta que tuvieran 21 años. Ese fue mi mayor miedo. Cuando lo supe. Pensaba, son pequeños, me necesitan. Ese es el miedo”, concluía la modelo.