Estefanía Pasquini, a través de sus redes sociales, hizo visible uno de los principales inconvenientes que padece junto a su esposo Alberto Cormillot por culpa de Emilio, quien está más rebelde que de costumbre. “No para de pedir helado”, comenzó diciendo la especialista en nutrición.
Estefanía Pasquini, además, contó que más pide Emilio: “Dulce de leche, Cholada (no sabemos aún qué es) quiero upa. ¿Quién lo quiere? Prestamos un niñito”. Con esas palabras, la esposa de Alberto Cormillot aseguro que el pequeño de la casa está muy “pedigüeño” con algunas cosas.
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Los niños pequeños son seres curiosos, exploradores y llenos de energía. Quieren conocer el mundo que les rodea, aprender cosas nuevas y divertirse. Sin embargo, también se enfrentan a muchos retos y dificultades que les generan emociones intensas y a veces contradictorias.
Por eso, es normal que quieran y pidan muchas cosas y que se enfaden muy fácilmente. Por lo general, los niños de la edad de Emilio buscan la atención y el afecto de sus padres o cuidadores. Los niños necesitan sentirse queridos, escuchados y valorados.
A veces, reclaman cosas materiales o caprichos para llamar la atención y comprobar que sus padres están ahí para ellos. Otras veces, piden cosas que les gustan o les hacen felices, como juguetes, dulces o actividades divertidas, para compensar la falta de atención o cariño que perciben.
Los niños pequeños tienen un gran deseo de satisfacer sus necesidades y sus intereses, pero no siempre pueden conseguir lo que quieren. Ya sea porque sus padres les ponen límites, porque no tienen los recursos o las habilidades necesarias, o porque hay factores externos que se lo impiden, los niños se sienten frustrados y decepcionados cuando no logran sus objetivos.
A tener en cuenta
Los niños de la edad del hijo de Estefanía Pasquini y Alberto Cormillot no suelen tener mucha paciencia y quieren las cosas al instante, sin esperar ni negociar. Además, están en pleno proceso de formación de su autoconcepto y su autoestima. Quieren saber quiénes son, qué les gusta, qué les diferencia de los demás y qué lugar ocupan en el mundo.
Por eso, piden cosas que reflejan sus gustos, sus preferencias, sus valores y sus sueños. Así, muestran su personalidad y su identidad, y buscan el reconocimiento y la aceptación de los demás. Los niños pequeños sienten muchas emociones, pero no siempre las comprenden ni las controlan. A veces, no saben ponerle nombre a lo que sienten, ni cómo comunicarlo de forma adecuada.