La brecha entre el dólar oficial y el blue tuvo un pequeño retroceso en el cierre de actividades del miércoles 8 de noviembre. Para este jueves, el dólar oficial, en promedio, se mantuvo estable en $365,50 para la venta en el Banco Nación y en $368,05 en el promedio de entidades bancarias que realiza el Banco Central.
En tanto, el dólar blue retrocedió varios pasos. Este jueves, según el relevamiento de dolarhoy.com, el dólar informal cuesta $890 para la venta y $870 para la compra. Por su parte, el dólar solidario o turista, que incluye el impuesto PAIS del 30% y la percepción del 35% a cuenta de Ganancias, retrocedió y se estancó en $639,63 para la venta, según el promedio de bancos.
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La cotización del dólar puede afectar a los precios de los productos de diferentes maneras, dependiendo de si son importados o nacionales, y de si tienen componentes o insumos que se pagan en dólares. Los productos importados, como los electrodomésticos, los autos o la ropa, suelen aumentar de precio cuando el dólar sube, ya que se encarece el costo de traerlos al país.
Esto también puede generar una menor oferta de estos productos, lo que a su vez puede presionar al alza los precios. Por el contrario, cuando el dólar desciende, los productos importados pueden abaratarse o mantenerse estables, lo que beneficia a los consumidores que los demandan.
Fuente: Dólar Hoy
Los productos nacionales, como los alimentos, las bebidas o los medicamentos, también pueden verse afectados por el dólar, aunque de forma indirecta. Esto se debe a que muchos de estos productos tienen componentes o insumos que se compran en el exterior, como el trigo, el maíz, el aceite o los principios activos.
Cuando el dólar sube, estos insumos se vuelven más caros, lo que obliga a los productores a trasladar el aumento a los precios finales. Cuando el dólar merma, estos insumos se abaratan, lo que puede generar una reducción de los precios o una mejora de los márgenes de ganancia de los productores.
Efectos
Además, el dólar tiene un efecto psicológico en los agentes económicos, que anticipan posibles cambios en los precios y ajustan sus expectativas y comportamientos. Por ejemplo, cuando el dólar sube, los consumidores pueden adelantar sus compras de productos importados o dolarizados, lo que genera una mayor demanda y presión sobre los precios.
Los productores, por su parte, pueden aumentar sus precios por precaución o especulación, lo que genera una mayor inflación. Cuando el dólar desciende, los consumidores pueden postergar sus compras, lo que reduce la demanda y la presión sobre los precios. Los productores, en cambio, pueden mantener o bajar sus precios, lo que genera una menor inflación.