Argentina es uno de los países que más come pan en el mundo y uno de los más representativos de la región, luego de Chile. Esto puede afectar la salud de cientos de miles de personas, especialmente, en una forma que ha adoptado mucha fama desde hace varias décadas.
La salud de la población nacional se ha visto comprometida por los altos índices de ingesta de pan, pero en una modalidad que muchos considerarían más saludable: las tostadas. Sin embargo, estudios recientes han vinculado la ingesta de esta forma de pan con problemas al organismo que deben ser tenidos en cuenta.
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El médico Robert Thomas, oncólogo de profesión, ha manifestado que colocar el pan a altas temperaturas no es beneficioso para el organismo, ya que los alimentos con almidón en su composición o azúcares, originan sustancias tóxicas llamadas acrilamidas. Estas toxinas contribuyen a presionar el sistema inmunológico.
Según el profesional citado, existe una regla general a tener en cuenta: cuanto más oscuro esté el pan, mayor será la concentración de acrilamidas que se generen. Es por eso que hay que tener esto en cuenta al momento de tostar el pan, ya que podría causar serios problemas a futuro.
Por otro lado, el oncólogo mencionó que comer tostadas con mermeladas varias o dulces en general puede afectar la salud, puesto que las altas concentraciones de azúcares no son buenas. En este sentido, menciona que es mejor acompañar las rebanadas de pan con otros alimentos más saludables como la palta.
Si bien las tostadas en una forma de ingesta bastante popular en el país, es importante tener en cuenta que las harinas refinadas de por sí ya causan un tremendo impacto en el organismo, creando no solo dependencia, sino también problemas de peso. Con la información reciente, es buena idea considerar comer menos pan, pero también de formas menos agresivas.
El pan en argentina
La salud del pueblo argentino tiene grandes inconvenientes con respecto a la ingesta de pan en general. Se calcula que en el país se comen aproximadamente 83 kilos por persona por año de panificados, es decir, el peso de una persona promedio. Con estos valores, no es una sorpresa que los cuadros asociados a su ingesta sean moneda corriente.
Varios especialistas recomiendan reducir gradualmente la ingesta de harinas en general, ya que se podría producir el efecto rebote, es decir, comer mucho, luego de períodos de dieta. Cualquier actividad física es recomendable para complementar los esfuerzos para mantener la salud.