Sábado 27 de Abril 2024
ALBERTO CORMILLOT

Alberto Cormillot rompió el silencio y derrumbó el mito de los ayunos intermitentes

La palabra de Alberto Cormillot.

Escrito en ENTRETENIMIENTO el

Alberto Cormillot es uno de los nutricionistas que dejó de recomendar los ayunos intermitentes en la década del 80. Los ayunos intermitentes son una tendencia que consiste en alternar períodos de ingesta de alimentos con períodos de ayuno prolongado, que pueden ir desde 12 hasta 24 horas o más. Muchas personas recurren a esta práctica con el objetivo de perder peso de forma rápida y sencilla, sin tener que modificar lo que comen, sino cuándo comen.

Alberto Cormillot advierte que los ayunos intermitentes pueden tener efectos negativos para la salud y no son la mejor estrategia para adelgazar de forma saludable y sostenible.  Según los nutricionistas, los ayunos intermitentes pueden generar una serie de problemas, como: Alteraciones del metabolismo: al dejar de comer durante muchas horas, el organismo entra en un estado de ahorro energético, lo que reduce el gasto calórico y dificulta la pérdida de peso.

Además, al romper el ayuno, se puede producir un efecto rebote, que consiste en comer más de lo necesario y almacenar grasa. Deficiencias nutricionales: al reducir el número de comidas se puede disminuir la ingesta de nutrientes esenciales, como vitaminas, minerales, proteínas y fibra, lo que puede afectar al funcionamiento de los órganos y sistemas del organismo, así como al sistema inmunológico.

Deshidratación: al no ingerir alimentos, se reduce también la ingesta de líquidos, lo que puede generar deshidratación, sequedad de la piel y las mucosas, estreñimiento, cálculos renales y alteraciones del equilibrio hidroelectrolítico. Hipoglucemia: al no aportar glucosa al organismo, se puede producir una disminución de los niveles de azúcar en el plasma, lo que puede causar mareos, debilidad, fatiga, irritabilidad, confusión, dolor de cabeza y, en casos graves, pérdida de conciencia y coma.

Al someterse a una restricción alimentaria, se puede generar un estado de estrés y ansiedad por la comida, lo que puede afectar al estado de ánimo, al sueño, a la concentración y a la calidad de vida. Además, se puede favorecer el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia o la bulimia. Además de los riesgos para la salud, los ayunos intermitentes tienen también limitaciones para la pérdida de peso, como:

Los ayunos intermitentes no son una solución mágica para adelgazar, ya que sin un déficit calórico, es decir, sin gastar más calorías de las que se consumen, no habrá pérdida de grasa. Por lo tanto, no basta con dejar de comer durante unas horas, sino que hay que cuidar la calidad y la cantidad de los alimentos que se ingieren en el período de alimentación. Además, pueden ser difíciles de mantener en el tiempo, ya que pueden interferir con la vida social, familiar y laboral, así como con el goce de la comida.

Fuente: Infobae 

Otro camino

Los nutricionistas recomiendan que, en lugar de recurrir a los ayunos intermitentes, se opte por una alimentación saludable, adaptada a las necesidades y objetivos de cada persona, que incluya todos los grupos de alimentos en las proporciones adecuadas, que evite los alimentos procesados y ultraprocesados, que sea rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos, semillas, pescado, huevos, lácteos y carnes magras, y que se acompañe de una hidratación suficiente y de una actividad física regular.

“Acaba de salir una publicación, en una revista científica alemana, donde dice, claramente, para qué sirve el ayuno intermitente. Para adelgazar y postergar el envejecimiento. Pero lo único que posterga el ayuno intermitente es la próxima comida. O sea, desde el punto de vista científico no sirve para (algo). Y desde el punto de vista de la práctica, nosotros lo usamos en la década de 70 y lo dejamos de usar en la década del 80 por inútil, por obsoleto”, manifestó Alberto Cormillot.