La alimentación es uno de los pilares fundamentales para tener una buena salud. Sin embargo, muchas veces no le damos la importancia que se merece y caemos en hábitos poco saludables que pueden afectar nuestro bienestar físico y mental. ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestra dieta y adoptar un modo de vida más sano? ¿Qué hábitos saludables podemos adoptar? ¿Qué dice Estefanía Pasquini?
“Cuando hablamos de buenos hábitos o hábitos saludables como nutricionista no me gusta solo enfocarme en la comida, ya que no somos un (organismo) que se alimenta solamente, somos un todo con sentimientos, emociones, nos pasan cosas. Entonces, ¿porque no ir cultivando una vida sana en todos los aspectos?”, comenzó diciendo Estefanía Pasquini.
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“Es bueno enfocarnos también en elevar nuestra autoestima, en darnos el lugar que nos merecemos, felicitarnos, enseñarnos que podemos, aumentar nuestra eficacia y confianza. Retarnos a ir por más, desde mejorar (vínculos) personales, concretar actividades que posponemos, entre tantas otras. Y todo esto nos llevará a una mejor calidad de vida”, completó.
Aquí te damos algunos consejos basados en la evidencia científica y en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hidrátate frecuentemente: El agua es esencial para el funcionamiento de nuestro organismo, ya que participa en la regulación de la temperatura corporal, el transporte de nutrientes y oxígeno, la eliminación de desechos y la lubricación de las articulaciones.
Además, el agua puede ayudarnos a controlar el apetito, a mejorar la digestión y a prevenir el estreñimiento. La OMS recomienda ingerir entre 2 y 3 litros de agua al día, dependiendo de las condiciones climáticas, el nivel de actividad física y las características individuales. Es importante evitar las bebidas azucaradas, gaseosas o alcohólicas, que pueden aportar calorías vacías y deshidratar el cuerpo.
Sáltate alguna comida: Aunque pueda parecer contradictorio, saltarse alguna comida puede ser beneficioso para nuestra salud, siempre y cuando se haga con moderación y ante supervisión médica. El ayuno intermitente es una práctica que consiste en alternar períodos de ingesta de alimentos con períodos de abstención.
Ayuno intermitente
Algunos estudios han comprobado que el ayuno intermitente puede mejorar la sensibilidad a la insulina, reducir los niveles de colesterol y triglicéridos, favorecer la pérdida de peso y grasa corporal, y aumentar la autofagia celular, un proceso que elimina las células dañadas y previene el envejecimiento. A simple vista parece un hábito saludable.
Sin embargo, el ayuno intermitente no es adecuado para todas las personas, especialmente para aquellas que padecen alguna enfermedad crónica, como diabetes, hipertensión o problemas renales. Por eso, es importante consultar con un profesional de la salud antes de iniciar esta práctica. Estefanía Pasquini aconseja siempre consultar con un profesional idóneo en el tema.