Pese a tener una fama incalculable, Valeria Mazza siempre se caracterizó por conservar la privacidad de su familia y hogar lejos del ojo público. Con el documental que le propusieron hacer, la modelo no tuvo otra opción que permitir por primera vez el ingreso de las cámaras a su residencia. “Siempre lo cuidé mucho porque, al tener una vida tan (delante de todos), pensé que tenía que haber un límite”, claro.
“Yo siento que este es mi trabajo. Llego a casa, cuelgo los zapatos, me (quito) los maquillajes y cumplo el rol de hija, mamá y hermana. Pero también entendí que la comunicación cambió y, de alguna manera, empezás a humanizarte (enseñando) cosas del día a día. Le propusimos a los chicos (Tiziano, Balthazar y Taína) y dudaban cómo íbamos a hacer”, contó Valeria Mazza.
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“Hay que tener fortaleza para poder seguir adelante y no decaer frente a las exigencias del mundo de la moda”, es una de las frases que se le escucha decir a la modelo en uno de los capítulos de la serie. Sobre ese comentario, Vale mencionó: “En la sociedad hay una exigencia muy grande por el tema de la belleza, lo estético. Pero en la moda es mucho más grande porque tu físico es tu herramienta de trabajo”.
“Tenes que entrar en un vestido. El límite, como siempre lo digo, es la salud. Hay personas que, naturalmente, tienen determinadas medidas que son perfectas para entrar en un vestido y trabajar de esto y otras que tuvimos que trabajar y (pelear). Al final del día recibís tantas opiniones. Tenes que escuchar tu propia voz, a la gente que te quiere y que respetas porque sino puede ser muy peligroso”, sumó.
En la misma línea, Mazza contó que en varias oportunidades debió (colocarse) limites ante la confusión que le generaba el mundo que la rodeaba. “Muchas veces me (percibí) confundida. El hecho de decir qué hago. Quiero trabajar, pero era el famoso no: porque tenes una cara muy comercial y así he escuchado exigencias de las más grandes”, contó.
“Desde la agencia me decían: El cliente piensa que no, ahora están buscando algo más raro. Después querían una morocha, luego una más bajita. Siempre estaban buscando otra cosa. Y ahí empezás a pensar si te cambias el color de pelo, te (colocás) implantes, si (mermas) de peso. A veces la confusión es grande. Por eso hay que tratar de escuchar las voces que uno respeta, priorizándose”, destacó.
La decisión de los hijos
Taína está siguiendo los pasos de su madre en el mundo del modelaje. Sobre esto, Valeria Mazza contó que consejos les dio a todos sus hijos, debido a que todos están incursionando de alguna manera en el modelaje. “Con Alejandro educamos a nuestros hijos para que (conozcan) qué es lo que quieren hacer en la vida y te digo que es lo más difícil porque hay gente que pasó por esta vida sin saber por qué”, contó.
“No es (algo) fácil (conocer) una vocación, trabajar para llevar ese sueño adelante y vivir de eso. Somos muy (libes). Ellos nos dirán que quieren hacer y los acompañaremos. Si Taína quiere trabajar en el mundo de la moda, bienvenido. Tiziano, Benicio y Balthazar ya han incursionado. Ellos por ahora lo toman como una (distracción), después sabrán elegir”, aseguró.