Con la llegada de la primavera, el jardín se ha convertido en el lugar favorito de muchos, pues es en esta época cuando más se luce y se llena de elogios. Por esto, es necesario plantar las flores más hermosas que puedan existir, para llevar a tu jardín al siguiente nivel y que pueda destacar por su gran belleza.
Ahora que el clima frío se está yendo por completo y los días de sol comienzan a ser más abundantes, es el tiempo ideal para trabajar en tu jardín. El día de hoy te compartiremos sobre algunas especies de flores que querrás tener sí o sí, ya sea por sus increíbles colores o porque son únicas en su especie.
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La physostegia virginiana, o también conocida como “planta obediente”, se caracteriza por alcanzar alturas de 90 centímetros, aproximadamente, y sus flores pueden ser blancas y rosadas. Además, son una de las plantas más visitadas por abejas y mariposas, siendo que en primavera es cuando más florecen.
Las dalias ocupan el segundo lugar de esta lista, pues son de las pocas que florecen en todas las estaciones del año y presentan una amplia gama de colores. Ya sea en el sol o en la sombra, estas flores no te darán problemas para crecer o propagarse, siendo que solo necesitan un suelo bien drenado.
El cosmos bipinnatus o comúnmente llamado cosmos, mirasol o coreopsis, es una de las flores más bellas que existen. Su forma es muy similar al girasol, aunque con un color distinto, no por algo la llaman el “girasol púrpura”. La primavera es la época ideal para plantarlas, ya que florecen en verano.
Por último, la persicaria amplexicaule o vellón de montaña, es muy similar a la lavanda, pero tiene la característica de poseer un color rosado fuerte, casi fucsia. Sin duda alguna, esta flor en tu jardín le brindará un color vibrante y será el centro de atención, por lo que solo necesita un suelo bien drenado y media sombra.
Consejos
Para que las flores o plantas de tu jardín crezcan de manera saludable, hay que tener en cuenta ciertos factores que afectan a estas. Entre estos factores podemos mencionar la luz solar, la temperatura, el suelo, el riego, el clima, los insectos, el abono utilizado, la época del año, entre otros.
Con respecto al riego, es necesario no dejar pasar algunas cuestiones como el tipo de suelo que tiene tu jardín, para saber cuáles son las plantas que mejor se adaptaran. Las macetas o canteros también son un factor clave, sobre todo aquellas que se usan en los primeros meses de las plantas.